Entrevista a JORGE SENNO: “Jorge Pistocchi era, entre tantas otras cosas, un gran organizador social”
Hola!
Con esa cordial y sencilla palabra la revista Mordisco recibía, acompañada por una
estrafalaria imagen, a sus lectores en 1974 en cuanto empezaban a recorrer sus páginas.
Una publicación especializada en rock local e internacional que estaba bajo la
dirección de una persona central de la contracultura de la Argentina: Jorge
Amadeo Pistocchi.
Jorge Pistocchi, curioso, escultor, dibujante, editor
de revistas icónicas como Mordisco, Expreso Imaginario, Zaff!! y Pan Caliente, motivador, impulsor, mecenas de Almendra, manager de
Color Humano, La Máquina y Pot Zenda, concientizador, fue una persona que hizo
mucho por el Rock Argentino, y a poco de que se cumplieran nueve años de su
partida física su figura y su vida llegaron a la pantalla grande a través de la
película documental Bajo el sol del rocanrol.
El universo creativo de Jorge Pistocchi, dirigida por Omar Neri y Mónica
Simoncini de Mascaró Cine. La idea
original del film fue del guitarrista, compositor y docente Jorge Senno, quién
co-escribió la banda sonora y participó activamente en varios aspectos de su
realización junto con el legendario integrante de La Banda del Paraíso, también
escritor, director teatral y docente, Rubén De León.
Hola! Es
el blues acústico que Jorge Senno toca con slide abriendo Bajo el sol del rocanrol Canto a Pistocchi, el cd homenaje al padre
del Expreso … compuesto por Senno y
De León, editado en agosto de este año por el sello Mucha Madera como el
lanzamiento número 27 dentro de su catálogo.
Bajo el sol
del rocanrol Canto a Pistocchi, incluye la banda sonora de
la película, así como también otras canciones que forman parte de una Cantata.
Son diez temas en donde confluyen una variedad de géneros musicales e invitados
estelares que hacen del trabajo uno de los grandes discos de este 2025 en el
Rock Argentino. Tenemos blues, como decía anteriormente, un Rubén bien porteño en
“Si la patria es la infancia”, un sustancioso rock blueseado “Esperando el
Expreso” en la siempre apreciable voz de Claudia Puyó, “Comunidad en los
hombres (Hexagrama 13)” que parece venir desde fines de los 60 interpretado por
Viviana Dallas y el Coro Gospel. “Plantas que andan”, una pieza rioplatense con
vientos, bandoneón y cuerda de tambores. La presencia de Miguel Cantilo como
voz principal del folk psicodélico “Little Nemo (Nadiesito)” con un gran
arreglo de cuerdas, el carnavalito autobiográfico “La guerra y la fiesta (Pan
Caliente)”. El hard rock “La refinería del Dock” en donde volvemos a escuchar a
Enrique Avellaneda después de años de no grabar, el candombe progresivo “Luna
roja” y el tema central de la película, un majestuoso rock clásico con bronces
y un Rubén De León con sus mejores pilchas de rockero.
El disco tuvo su presentación oficial el sábado 6 de
septiembre en Abra Cultural en la Capital Federal con Jorge y los Gemelos
Verdinet, y varios de los invitados del cd. Días después, en una tarde de
viernes que se terminó transformando en noche a lo largo de la charla, hice una
entrevista con Jorge Senno en el living de su casa. Rodeado de discos, instrumentos,
equipos, mobiliario y una figura realizada a mano por el propio Pistocchi.
Hablamos de este disco y recorrimos buena parte de la carrera de Jorge: su
relación con Pistocchi y un importante aniversario personal.
Jorge, yo no
sé cómo sos con las fechas, si sos de celebrar; en tu biografía figura como una
fecha importante de inicio el momento en que empezás a dar clases de guitarra y
eso fue en 1985
¡Cumplo 40 años como profesor! Lo tengo muy presente,
y como tengo lo del disco nuevo y varias cosas no encontré un lugar como para decirlo
porque, realmente, hace 40 años que vivo de dar clases. Y no es poco. Y no sólo
no es poco sino que pienso; de los que dábamos clases en esa época no sé
cuántos quedamos, digo, laburando, dando clases. Si, si. En realidad fueron los
primeros pasos, pero lo tomo como una fecha porque yo ya daba clases ¿me
entendés? Lógicamente empecé de a poco. Era otra época y esto que te voy a
contar seria impensado ahora porque era todo muy artesanal; yo tenía un amigo
del colegio que dibujaba bien entonces le dije “Mirá, haceme un volante de
clases. Dibujá esta guitarrita, fíjate que el clavijero es para el otro lado.
No me hagas todos zurdos” (risas).
Hice un volantito, que el original lo debo tener por ahí. Un volantito cuasi
artesanal; hice fotocopias y distribuí por las casas de música. Yo me acuerdo
que empecé con 10 alumnos, que era el equivalente a un sueldo. Entonces, como
esa época favorecía mucho, la gente tenía toda una avidez de tomar clases y la
información no estaba al alcance, y se laburaba mucho. Se laburaba mucho y con
relativa facilidad te hacías de un número de alumnos que te permitía vivir de
eso en vez de salir a buscar otro tipo de laburo, y además yo descubrí que me
gustaba. Siempre lo hice con vocación y buena predisposición; no podría haber
durado en el tiempo si no fuera así. A veces no hay demasiadas salidas
laborales para el músico y la docencia era, y más o menos sigue siendo pero en
muchísimo menor escala, una salida laboral. Pero bueno, hay gente que por ahí
lo hacía por obligación. Además, siempre me gustó estudiar y es más; al día de
hoy estoy estudiando más que nunca. Estoy estudiando fuertísimo con Gabriel
Senanes: después de haber hecho dos años un curso completo de Orquestación
ahora estoy estudiando en forma particular y es como ir a la facultad.
En 1985 te
inicias oficialmente como profesor de guitarra y dos años después tomás con
Claudio Gabis, ex guitarrista de Manal y La Pesada del Rock And Roll, un curso que
dio en el Centro Cultural San Martín
En el 87 lo conocí a Gabis. Era la época de su grupo
La Nave. Me acuerdo que en el mismo San Martin tocó con La Nave con Claudita
Puyó como invitada; hicieron “Dos edificios dorados” y “Despiértate nena”.
Mirá, te digo hasta los temas que cantó Claudia. Claro, eso fue una bisagra. Yo
había estudiado con mucha gente antes. Había estudiado de chico con los típicos
profesores de barrio. En el conservatorio no me enganchaba, hasta que sale Sui
Géneris y sale esa cosa de tocar la guitarra; yo quería tocar y la profe no lo
sabia tocar. Y un compañerito, un pibito, lo sabía tocar, entonces faltaban las
partituras. Entonces mi vieja con muy buena onda me llevó a Ricordi y me compró
una especie de cancionero con unos acordes andá a saber cómo, que no eran los
originales ni en pedo, pero viene el acorde disminuido y la profe no sabía
tocar el acorde disminuido. Y yo era pendejo pero no boludo y digo “Acá hay
algo que está fallando”. Y me frustré a
los 12 años y largué la música; fue la única vez en mi vida que largué la
música. Pero ya era un melómano absoluto, iba a los recitales: había visto a
Sui Géneris, seguía a La Máquina de hacer Pájaros a todos lados, a Crucis, pero
claro era un nivel tan alto que no había ni por donde empezar. El guitarrista
de Crucis era Pino Marrone … ¿entendés? Y el primer profe que tuve copado fue
el Nono Belvis de M.I.A. Los M.I.A. tenían en el Pasaje Huergo, que hoy ya no
existe hay como un baldío ahí, un lugar en donde todos daban clases. De esa
época lo recuerdo con mucho cariño a Nono Belvis porque aprendí mucho y me
enseñó a tocar un blues de 12 compases. La pentatónica, los temas de Almendra,
todas las cosas que descubrí que podía hacer y que era muy feliz. Con Alberto
Muñoz también estudié.
Además, en
plena época de M.I.A.
Era 100 % M.I.A., porque yo me acuerdo haber comprado
el disco Cornostípicum por
adelantado, que lo tengo por ahí. Después vino Conciertos, M.I.A. con Egberto Gismonti en el Teatro Coliseo, que
fue la primera presentación de Gismonti en Buenos Aires, creo yo. O sea que
todo eso fue muy positivo. Cuando lo conozco a Claudio Gabis en el 87, bueno,
ahí ya fue directamente lo que más quería ¿no? Pensá que en ese momento primero
estuvo muy de moda lo progresivo y después el jazz-rock. Y no era como ahora
que vos tenés un tipo que estudia chacarera, otro tipo que estudia bebop, había
como modas y entonces todos tocaban eso. Y en la época del jazz-rock si a vos
te gustaba Eric Clapton te miraban peyorativamente, aunque parezca una gran
estupidez. Y nosotros padecimos mucho eso: ser subestimados como si fuera una
música menor. Entonces cuando vino Claudio, que encima venia de Berklee
¡olvídense! Además, manejaba una data increíble. Después estudié con él en
forma particular; éramos un grupo de cinco alumnos. Estaban Omar Giammarco,
Pino Enriquez, otro gran guitarrista. Y a mediados del 89 Claudio se va a
Madrid donde reside al día de hoy. Hicimos juntos el libro Armonía funcional muy popular y que hablando de fechas el año que
viene cumple 20 años.
¿Cuánto
tiempo tardaron en escribir ese libro?
Seis años. Yo me acuerdo un enero que estuve laburando
nueve horas por día, tipo oficina. Todo el día con el libro, para terminarlo. Yo
lo llevé a Claudio a la editorial Ricordi; antes yo había publicado los libros Solos redondos (2000), Solos de La Renga (2002) y Solos Divididos (2006). En realidad hay
algo más, estamos salteando un poco en el tiempo, pero yo colaboré mucho, por
muchos años en muchas revistas principalmente El Musiquero. En El
Musiquero tenía una sección dedicada a guitarristas argentinos y
latinoamericanos, pero principalmente argentinos. Y así como vos agarrabas la Guitar Player y tenías transcripto un
solo de Hendrix nota por nota, con pentagrama con clave de sol, tablatura, todo
bien. Yo decía ¿por qué los músicos nuestros si un pibe quiere saber un solo de
David Lebón no tiene la misma rigurosidad? Y bueno, empecé a trabajar. Era una
columna muy popular, vendía mucho. Incluso fue el momento donde empiezan a
aparecer los software de notación musical; la gente escribía a manuscrito en la
revista. Al tiempo fui el copista o sea todos me daban las partituras a mí y yo
las pasaba a computadora. Era un laburo también. Y bueno, todo eso es
precámbrico, pero en un momento fue novedad, y no hace tanto tampoco.
Con Skay
Beilinson vos tenés una relación, no sé con Mollo y con Chizo ¿Te hizo algún
comentario sobre el libro que publicaste transcribiendo los solos de Patricio
Rey y sus Redonditos de Ricota?
Pero no la tenía esa relación. Ellos se mantienen
siempre con un gran hermetismo, vos lo sabés. Entonces yo le hice llegar que yo
quería hacer un libro y que simplemente me digan si estaba todo bien. Si no les
parecía bien no me iba a poner a hacer todo ese laburo que lleva muchos meses
de trabajo. Y nunca tuve una respuesta. Alguien me dice “Esa no-respuesta
quiere decir hacé la tuya nosotros no te vamos a apoyar pero tampoco te vamos a
joder”. Y el libro salió y vendió un montón. Eran otras épocas; con lo que yo
gané de ese libro, con la primer liquidación, edité Barraca peña, mi primer disco. Hasta que una noche, me acuerdo un día de
semana que tocaban Kleiman y Bevilacqua con Skay de invitado. Y eran las tres
de la mañana y en un momento Skay subió una escalera angosta, esas que son de
metal, y yo bajaba. Entonces le digo “Skay ¿cómo andás? El libro era un
homenaje a toda tu obra” Y me abrazó y me dio un beso. O sea que siempre estuvo
todo bien. Después me invitó a tocar un día. Siempre estuvo todo bien, pero
fiel a su manera de manejarse ¿no? Con Ricardo Mollo sí hablé previamente y dio
un reportaje. Con Chizo de La Renga hablé después; no lo podía creer: lo miré, me
miraba. Me decía “¿Yo?”, “Sí ¿por qué no? Si tenés todo un perfil guitarrístico
que es muy masivo”. Y estaría bueno poder continuarlo, tengo ganas de hablar en
Melos, con la intención de reeditar un poco el material. Veremos.
¿Y en algún
momento fuiste parte de una banda? Porque siempre te vi con tu nombre y el
detalle que siempre la agrupación tiene formato de trio.
Sí, siempre toqué. Mirá; en la época que hablábamos de
M.I.A. y del Pasaje Huergo en la primera banda que toque era una banda de rock
sinfónico que después se llamó Mandrágora. En ese momento no se llamaba
Mandrágora todavía, y grabaron discos y fue una banda conocida en el club del
rock sinfónico. Y después, que se yo, toqué con mucha gente: toqué con Carlos
Andino como violero un tiempo, ahí lo conozco a Lechuga. Pasa que desde Barraca peña en adelante sí, me avoqué
más como a algo solista ¿viste? Hace unos años atrás toqué en la banda de Yulie
Ruth lap steel. Después muchas colaboraciones como invitado. Y en trio, también
porque es como una situación que uno puede manejar; es la mínima expresión de
grupo que suena y que no se te enquilomba demasiado. Me refiero a lo
operacional: la cantidad de gente, las movidas
Recién
mencionabas Barraca peña, tu primer
cd. Después vino Un blues desde el fin
del mundo y le siguió En el cosmos no
hay error, los dos con diseño e ilustraciones de un gran artista de la
contracultura y la historia del Rock Argentino como es Rocambole ¿Cómo es tu
relación con él?
Hay una amistad con Rocambole … Y yo opino ¿no?, el
caso de Rocambole, el caso de Miguel Grinberg, el caso de Jorge Pistocchi: le
debemos a grandes ideólogos el rock que tenemos. No fueron solamente los
compositores, los instrumentistas, sino que todo lo nuestro siempre tuvo un
plus de movimiento, tuvo un plus ideológico, tuvo un plus de identidad
cultural, que no digo que se haya planteado en estos términos pero los
resultados fueron esos. Y en el caso de Rocambole que viene desde muchísimo
antes que La Cofradía de la Flor Solar, en La Plata como generador de cuestiones.
Ni que hablar Jorge Pistocchi; Miguel Grinberg editando en 1961 la revista Eco Contemporáneo ¿viste? ¡Gigante!
Tuvimos toda la suerte de tener semejantes cabezas que trajeron tanto
contenido. Y siempre es bueno recordarlo, particularmente en el caso de Jorge
siempre sentí un halo de injusticia muy grande a su alrededor. Por un montón de
razones, algunas están en la película Bajo
el sol del rocanrol, y me parece muy bueno tratar de que las nuevas
generaciones sepan más en profundidad todo lo que él hizo y todo lo que él
luchó. En muchos aspectos extra artísticos incluso, porque era entre tantas
otras cosas, un gran organizador social
Justo me
hiciste acordar, vos habías empezado a grabar algo con Miguel Grinberg
Si. Hay un trabajo inconcluso pero grabado, tengo
todas las pistas grabadas de la banda, que se llama Opus New York, algo en lo cual trabajamos mucho. Es un libro de
poemas que él escribe en el año 64. Fue en el momento en que Los Beatles llegan
a Estados Unidos y cantan “I want to hold your hand” y todas las chicas gritando.
Fue ese momento en donde estaban la llegada de Los Beatles, John Coltrane, el
primer Dylan. Un momento increíble de Nueva York. Él escribe ese libro, que me
dio para musicalizar, que trabajamos muchísimo con el primer trio; con Freddy
Prochnik en bajo y Damián “Hueso” Casanova en batería, y que lo hicimos ese
trabajo. Se demoró al momento de grabar, llegamos a grabar las voces y algunas
pistas con la voz de Miguel también. Yo tengo cosas grabadas por él, cosas en
vivo, cosas de referencia que están perfectas, y después hay que ver qué se
puede hacer ahora con la Inteligencia Artificial de quitar algo y ponerlo. Se
puede llegar a hacer algo con algún tema que tenga grabado en vivo y se pueda
extraer la voz y sumarlo. Verlo. O si algún tema falta invitar, por decirte, a
Rubén de León o a Juan Carlos Kreimer, alguno que lo recite y está todo bien. Y
bueno, vos viste cómo es esto, después hace falta tiempo y algo de presupuesto
como para poder terminar los proyectos. En todos estos últimos años lo de la
película fue algo mayúsculo en cuanto a energía y laburo.
En el caso de
Jorge Pistocchi ¿Cómo fue que te acercaste a él?
En la época de los M.I.A. se hablaba mucho de
Pistocchi. Estuvo muy cerca en esa época Pistocchi de Donvi Vitale, y lo
respetaban y hablaban mucho de él, entonces siempre había sido un personaje muy
importante dentro del underground y alguien muy reconocido por lo bajo. Yo me
acuerdo de estar cambiando discos en la placita triangular del Cid Campeador y
me acuerdo que apareció Pistocchi y decíamos “¡Es el director del Expreso Imaginario!”. ¡Era mucho más
grande que nosotros! Y en ese momento me acuerdo que había comprado Color Humano 1, que está dedicado a él,
a una guita como que te dijera 150 lucas, porque ya en esa época eran discos
raros. Y me lo había encontrado muchas veces, en la época de los encuentros en
el parque: pero nunca había tenido un trato personal porque además como después
él se fue a Llavallol muchos años estaba como alejado. Cuando viene a La Boca
lo conozco más vía Pedro Conde, pero como él vivía en un conventillo en la Boca
y yo nací y voy todo el tiempo a La Boca ya después lo iba a ver. Y fueron
alrededor de 13 años en los que yo lo iba a ver frecuentemente; 2002-2015 ponele.
Pedro Conde
fue el primero que le escribió una canción: “La historia de Jorge Pistocchi” de
su disco Realidad de 1983
Mirá. En el primer disco Pedro le dedica algo. En el
sobre interno de A 18 minutos del sol Spinetta
lo menciona como uno de los pocos mecenas de los tiempos actuales. En Desatormentándonos de Pescado Rabioso
pone Amigo amigo: Jorge Pistocchi. En Color
Humano 1 dice directamente “Dedicamos nuestra música a Jorge Pistocchi”. Y
cuando el Flaco presenta Artaud le
dedica “Ah, basta de pensar”, que hizo en el Chevy de Jorge, a Jorge, a Marta
Kelly y a Pablito Pistocchi, que era recién nacido.
Su nombre
sobrevolaba. Me parece que también era alguien de perfil bajo, digamos.
Pero aparte estaba la leyenda de los equipos de
Almendra …
Yo lo vi en
las redacciones abiertas del Expreso Imaginario que se hicieron, por ejemplo en
el Centro Cultural San Martín y el Marquee en la primera parte de la década del
2000 y era de decir cosas pero más bien cedía la palabra. Si uno no conocía
quién era no se imaginaba que detrás de él había toda esa historia y sus
movidas culturales
Él dejaba fluir alrededor, yo lo entendí mucho tiempo
después, porque en general uno está acostumbrado a ese tipo de líderes que baja
línea, que tiene un perfil alto; que el ego se manifiesta. El manejaba otro
plano de las cosas, pero por más que en los últimos años lamentablemente estaba
muy mal de salud tenía un gran poder personal y un manejo energético y grupal
mucho más profundo del que parecía en las primeras impresiones. Vos pensá que,
todo esto que hablábamos de los equipos de Almendra, las revistas, por usar una
palabra que se usa ahora: empoderaba gente. Descubría talentos y es como un
director técnico que a un jugador que juega de 6 lo pone en otro puesto que no es
el puesto de él y resulta que después es el mejor de la Argentina. Ahí en la
película cuenta el Negro Fontova, él dibujaba bárbaro, cantaba bárbaro,
componía bárbaro, un multitalentoso, y Pistocchi lo pone de diagramador del Expreso Imaginario ¿viste? Cosas así
todo el tiempo. Tenía esa cosa de habilitadora, y eso lo tiene alguien que no
es mediocre. Lo tiene alguien que no está compitiendo, que no está midiendo,
que no está buscando sacar ventaja de las situaciones.
La película
llega hasta comienzos de 2000. Esos últimos años faltan
Pero hubo más cosas, porque hubo cosas con Hermética
en La revancha de América, me
contaban, una muestra en el Centro Cultural Recoleta. Todo tenía un límite, la
película tenía un límite, el presupuesto tenía un límite y las historias son
interminables … En realidad, nosotros tampoco nos propusimos tener una historia
oficial ni muchísimo menos. Ojalá que sirva para que otros que también
participaron de otras cosas lo puedan documentar y contar otro tipo de cosas. La
experiencia de Radio Expreso Imaginario en FM La Tribu. Esos
programas están grabados; ojalá se pueda hacer algo con eso. Estaba Pipo
Lernoud, estaba Alfredo Rosso, estaba Claudio Kleiman, Jorge y el conductor era
Rubén de León. Era un lujo. Pero Pistocchi se iba, volvía. No es que estaba ahí
como un periodista; estaba … Yo me acuerdo que era impresionante porque, esto
habrá sido no sé segunda semana de diciembre de 2001, y todo el mundo hablaba
que había medio quilombo. Y todos daban como un discurso. Y yo me acuerdo que
Jorge estaba hablando con Donvi y un par de pibes en el bar, y pintaba para el
cierre pero no participaba mucho del programa, al menos en esa ocasión. Y
entonces le pregunta Rubén “Y vos Jorge ¿Qué opinás?”, “Y yo siento que estamos
en el Titanic, y que esto explota”. A los tres días: ¡PUUUM! 2001 ¡Él tenía una
especie de sintonía! De todo lo que se venía hablando, que eran conjeturas, y
él dijo “No. Va a pasar esto ya”. Ese tipo de cosas ¿no?
Y en algún
momento vos te interesas particularmente por dejar testimonio de él, porque yo
me acuerdo que hace mucho, él ya había fallecido, me comentaste que tenías muchas
horas de grabaciones de diálogos con Jorge ¿Eran audios o son las entrevistas
que se ven en Bajo el sol del rocanrol?
Fue así. Por un lado, ya te decía, nos juntábamos,
charlábamos, a la mañana. Todo un disparate que era el conventillo. Pero a su
vez yo charlaba con Jorge y aparecían conversaciones, aparecían cosas. Y yo me
tomé el trabajo … él estaba muy dolido con todo el tema del Expreso imaginario etc, y tenía una
especie de trauma ahí. Entonces yo me tomaba el trabajo de llevarle las
revistas, y de alguna manera empezó como a recapitular, a volver, a pensar
algunas cuestiones y yo llevé el grabador y empecé a hacer reportajes. Le decía
“Jorge mirá, mañana vamos a grabar acerca de Mordisco”, “Si, si negrito”. Terminaba hablando de Los Caldeos, de
Babilonia, volvía con Mordisco … En
el marco de Jorge que era maravillosamente de esa manera, por suerte. Y él se
da manija y empieza a escribir un libro, donde me pone como entrevistador: pone
JS la pregunta, JP la respuesta. Pero las preguntas eran “¿Vos opinás que el
primer peronismo influyó …?” y le digo “Jorge ¡esta no es pregunta mía! ¡Yo no
te pregunté esto!” (risas) “Asumí
vos, escribí vos el libro, poné lo que quieras”, “¡Sabés que tenés razón
negrito!”, y empezó a escribir un libro que lo trabajó hasta el último día de
su existencia. Ojalá salga, lo tiene una hija. Insistí todo lo que pude para
que saliera ese libro, esperemos que salga en algún momento. Paralelamente un
día, yo soy amigo del director de cine Omar Neri. Yo hice la música de varias
películas de ellos Mascaró Cine.
Ellos se dedican a otro tipo de investigación más bien política, documentales
de los 70. Y les digo “Muchachos, tienen que filmar a Pistocchi. Está mal, lo
internaron varias veces en el Hospital Argerich, y no pueden no quedar
documentadas las charlas con Pistocchi”. Y ahí fue que lo empezamos a filmar, y
filmamos hasta donde pudimos que fue hasta la época de Pan Caliente. O sea que eso también fue otro límite. Después,
bueno, Jorge fallece en 2015, y en determinado momento, que vos participaste y
viniste a Excursionistas y a La Pana Rock en La Boca, ahí filmamos, ahí
rodamos. Y en el medio Rubén de León me propone musicalizar una cantata que el
escribía sobre los temas de Jorge. Sobre los temas, no sobre “El Expreso imaginario se editó tal día”
sino una historia real que eran dos pibes, un pibe y una piba, de un pueblo del
interior y que la revista tenía que salir el 3 de agosto. Ibas el 3 de agosto y
no estaba, el 10 de agosto tampoco, el 17 capaz que sí. Entonces iban siempre a
buscar la revista; los dos únicos rockeros del pueblo porque no había más
¿viste? Y ahí surge el amor entre ellos, que se yo, para contar también lo que
era el Expreso en el interior, que
era recontra importante. Yo sabía de Abonizio, de Baglietto, de Pablo El
Enterrador a través del Expreso. De
Redd de Tucumán, de Cerioni, de Altablanca en Mendoza, de Virgem en Santa Fé. Sabíamos
todo.
Entonces las
filmaciones de Pistocchi que llegan a hacer son de la última época
Si, alrededor de 2012 o por ahí. Hubo un momento que
dejamos de filmar, y volvimos a filmar el fin de semana antes que fallezca;
creo que ese material no se usó. Él ya tenía un deterioro de salud complicado.
Y el audio
que habías registrado entrevistándolo …
Eso lo tengo yo, y en algunas partes de la película lo
usamos. Una de las decisiones acertadas fue que hable Pistocchi en primera
persona. O sea que el relato sea Pistocchi. No alguien que lo interpreta,
alguien que se sienta el que tiene la historia oficial. No, no que hable Jorge
y cuente la historia. Y así siempre lo entrevisté yo, un poco corriéndome del
relato. Interviniendo si hay alguna pregunta, algo que orientar; o tocando. Hay
una parte que empieza a contar como que se queda sólo en la ingratitud de la
gente, eso es de los reportajes. Y ahí lo mezclamos con imágenes. Conseguimos
mucho material: Claudio Valdata dio fotos, Carina Marcucci, la hija del gran
periodista Carlos Marcucci que es el que escribió el libro de Almendra, nos dio
fotos inéditas incluso de la redacción de Pan
Caliente. ¡Vos viste que hay material inédito de Super 8 del Festival Pan
Caliente en Excursionistas!
No sabía que
eso existía
¡Nosotros tampoco sabíamos! A ese material llegamos a
través de Claudio Keblaitis, que había escrito en el Expreso Imaginario y por las vueltas de la vida llegó a ser
presidente del Club Atlético Independiente. Entonces había un tal Guillermo
Micunda que lo había filmado y nos lo ofrecía. Hay una parte que está Rosanrol
en la boletería, que eso no sé por qué no lo pusieron. Un plomo histórico.
Investigamos mucho.
Yendo al cd
que acaba de publicar el sello Mucha Madera hace poco más de un mes Bajo el sol del rocanrol. Canto a Pistocchi;
dentro de las composiciones que hiciste con Rubén De León hay canciones
inspiradas en historias que están en el libro que Jorge había empezado a
escribir y del cual me hablabas recién
Hay relatos, como yo te decía de “Esperando el
Expreso”, que eran cosas que charlábamos. Obviamente muchas de las cosas que
charlábamos él las escribía. “Si la patria es la infancia”, eso sí es un relato
de él. Eso está tomado de un párrafo, me parece: la parte del conventillo que
está como contado en primera persona. Ese sí. Después, “La guerra y la fiesta
(Festival Pan Caliente)” es algo que escribí yo. Me refiero a que Rubén decidió
ponerlo de esa manera; que lo cuente yo en primera persona. “Bajo el sol del
rocanrol” surge de cuando Pistocchi cae en cana en Devoto y se encuentra en el
patio con un changarín, tatuado, que era el rey del baile del rock and roll de
un lugar que se llamaba el Parque Japonés, que quedaba en donde hoy está el
Hotel Sheraton. Yo no lo llegué a conocer. En el Parque Japonés había concursos
de baile de rock and roll, ahí fue campeón Pajarito Zaguri. El Parque Japonés
era una cosa extraña en donde había, la letra de Rubén es perfecta “chamamés,
boleros, tangos y de pronto un Rocanrol”, entonces había familias que llevaban
a los nenes. Había prostitutas, porque estaba el puerto. Era una mezcla rara,
según lo que cuentan. Y la mayoría de los changarines, la mayoría de los tipos
que laburaban en el puerto, eran más bien tangueros, con una personalidad
melancólica. Y a este tipo que era el campeón del baile del rock and roll Jorge
lo conoce, y es el primer contacto que él tuvo con el rock and roll. O sea, no
fue a través de Bob Dylan, ni La Cueva, ni Pipo Lernoud; fueron los 50, y fue
Little Richard, Elvis Presley indudablemente y toda esa movida. Y él se fascina
con ese personaje. Eso fue por esa época; muy anterior al Rock Argentino. Y
después Jorge tenía todo un perfil artístico de escultor … Siempre estuvo muy
presente la escultura en él, el dibujo, los afiches de La Máquina por ejemplo.
Y además, toda esa gráfica loca del Expreso
estaba en su cabeza. O sea que la parte artística … alguna vez se lo restringió unicamente con un periodista ¡nada que ver! Es no haberlo entendido o no haberlo valorado
en toda su magnitud a Pistocchi. Lo digo porque lo dijo gente muy importante,
si no no lo digo. Era organizador social, filósofo. Un personaje mayúsculo, de
una gran generosidad.
La letra de
“Luna roja” que dice “Protéjanme que yo los recuerdo” ¿Es una frase que dijo
Pistocchi en algún momento?
No. Es una frase mía con características de pregón y
que cerró todo para el final de la película. Pero no está hecha para eso.
¿Cómo fue el
vínculo que tuvo él con los tambores de la Boca?
En determinado momento Pedro Conde lleva a que guarden
los tambores en el conventillo, porque guardar los tambores es algo importante:
son muchos tambores, tiene que ser en un lugar seguro, no tienen que mojarse.
Entonces, Jorge ya estaba muy jodido ahí de salud, y empezaron a curtir ahí en
el conventillo: guardaron los tambores, tocaban. Cuando falleció Jorge quería
que lo despidan los tambores y lo despidieron los tambores. Lo despidieron en
la vida real y lo despidieron en la película; tenés que elegir tantas cosas y a
lo mejor elegís elementos simbólicos. A través de los morenos está un poco todo
lo que él planteó de integración de los pueblos originarios, de integración del
otro, porque fue absolutamente consecuente con eso. Y por eso esos testimonios
que aparecen al final donde no hablan grandes estrellas, es la gente que estaba
con él ¿viste?
La verdad es
que es un mega-proyecto: la película, la banda de sonido, y veo que el disco es
una comunión autoral con Rubén De Léon y la participación de muchos músicos
invitados, artistas. ¿Cómo encararon la composición? Están las canciones que se
pueden escuchar en la película y hay algunos temas más que corresponden a una
Cantata a Pistocchi
Si. Llevó bastante, bastante tiempo. La obra completa
de la Cantata, lo que está compuesto, ya está grabado; hay mucho más texto de
Rubén. Él un día me entregó un mamotreto que escribió en poco tiempo y yo
empecé a trabajar. Rubén tenía ideas muy, por ahí, por fuera de lo que uno
trabaja, de decir “Y acá vamos a hacer una milonga del estilo de Sebastián
Piana” ¿viste? Y yo conozco, pero me tenía que poner a escuchar y a estudiar un
poco como para poder trabajar eso. Una cosa es que uno haya escuchado, porque a
mí me gusta mucho escuchar música, pero en cambio si te dicen “un tema onda
J.J. Cale”, lo sé de taquito cómo se toca eso. Pero hubo una parte muy intensa
donde avanzamos mucho que fue la pandemia; durante gran parte de la pandemia
estábamos los dos atravesando situaciones familiares muy complicadas y mi única
salida era ir a lo de Rubén una vez por semana y uno en cada ángulo, como si
fueran las esquinas de un ring, en diagonal, con el barbijo y a cinco metros de
distancia, componiendo. En una situación de pandemia donde vos no sabías
siquiera si ibas a sobrevivir. O sea que gran parte de ese material fue compuesto
en esas circunstancias de extrema hostilidad. No puedo dejar de mencionar, por
supuesto, a los Gemelos Verdinet: a Lechuga
Beckerman, en batería y percusión, y a Facundo López Burgos, en bajo,
porque ellos son los que motorizan lo que uno compone, entonces, si bien uno
compone un huayno con la guitarra después la banda lo desarrolla y, en el caso
de Lechuga, arma todo un set de percusión y de arreglos de percusión, muy
importante. Por otra parte, la mano
arreglos de cuerdas y de bronces las escribí yo; arreglos de coros, de
guitarra. Esa es como otra parte del trabajo.
¿Cómo conoces
y cuando empezaste a trabajar con Lechuga y Facundo, los Gemelos Verdinet?
Mi trio actual, los Gemelos Verdinet, son dos viejos
amigos míos. Con el baterista Fernando Lechuga Beckerman yo toqué en el año
1995 en la banda de Carlos Andino. Ahí lo conocí. Luego, cuando se fue Hueso,
el baterista del primer trio, entró un alumno de él que era el hijo de Lechuga:
Martín Beckerman, con el cual grabamos el disco y DVD en vivo La noche que quedó grabada. Martín tocó
bastante tiempo; ahora es un number one
que toca con Duratierra, con Milo J, está haciendo una carrera impresionante. Y
cuando se va Martin entra el padre, Lechuga, que era amigo mío y aparte siempre
estaba de invitado, lo poníamos en percusión. Estaba medio adentro, lo mismo
que Facundo que reemplaza a Freddy Prochnik. Facundo es otro viejo amigo mío,
que lo conozco desde fines de los 80 como mínimo, o principios de los 90. Él
fue violero de Claudia Puyó mucho tiempo, y conmigo era guitarrista invitado.
Él en realidad es guitarrista, como también hacia cambios con Freddy Prochnik
cuando de repente era un día de semana y Freddy no podía venir por trabajo, o
por razón X, siempre tocaba el bajo. Fue como un cambio natural, y con ellos
estamos hace unos cuantos años.
Comentame
acerca de los invitados en el disco Bajo
el sol del roncanrol
Los invitados, de lujo, que tuvimos aportaron
muchísimo. Por ejemplo, Luis Borda llevando la rítmica de la milonga; digo Luis
porque por ahí no es de los que más se nombra. Los cantantes, es evidente:
Miguel Cantilo, Claudia Puyó, Enrique Avellaneda, las cuerdas, Franco Capriati
en armónica, toda la ficha técnica que está detallada en el librito del cd.
Todos ellos son inmensamente importantes.
Miguel
Cantilo está radicado en España ¿Les mandó su parte registrada desde allá o se
vieron?
Él grabó acá, en el estudio que él tiene creo que en
Parque Leloir, pero me mandó la grabación
Yo no sé si
cuando empezaron este trabajo con Rubén tenían una idea de lo que podían llegar
a producir juntos, si habían hecho algún tema anteriormente o algo, pero en
definitiva resultó ser un trabajo muy fructífero y muy amplio en cuanto a
géneros musicales
Si. Nos pone muy contentos haberlo podido desarrollar.
Primero que nada, tiene que tener swing, tiene que estar la base sonando. Por
eso empecé mencionando al trio; porque se curte mucho, porque se ensaya con la
vieja escuela y se le da hasta que suene, y yo les llevo discos y los vuelvo
locos haciéndolos escuchar todo. Y corregimos tal línea de no sé qué porque
“Mirá; en realidad fíjate que está acentuando acá y no acá”. Entonces, todo ese
laburo que no se ve, es muy grande en el trío, muy grande. Después, me refiero,
hay cosas que son grandes aportes pero que te legitiman y de alguna manera son
un número puesto; si vos componés un huayno y viene a tocar Nuria Martínez, lo
legitima, le da el swing, el color y es lo que es ella tocando eso; la mejor
que hay tocando aerófonos. Y con Rubén previamente no habíamos compuesto. Fue
esto, salió para este lado. Y hay más cosas, no está terminado pero hay
bocetos. Hay un montón de cosas grabadas.
Hay otra
cosa, y esto es algo que te destaco a vos ya desde hace muchos años, que hay
músicos muy importantes en la historia del Rock Argentino que no reciben el
trato y el lugar merecido para tocar, y uno los pudo o los puede ver como
invitados en tus conciertos. Fue el caso en su momento de La Banda del Paraíso
(Rubén de León y Daniel Manzini), Enrique Avellaneda Díaz, ahora en el disco
está también Luis Borda que fue de Ave Rock.
Varias veces toqué con Rubén y Daniel Manzini, y está
en La noche que quedó grabada que
quedó filmado, además. Lo que manda siempre es la canción, porque por decirlo
de una manera: el hecho de que hay gente que no esté por ahí todo el tiempo
tocando, en los medios o con cierto protagonismo no quiere decir que no estén
haciendo cosas o que canten fenómeno ¿me entendés? En el caso de Enrique
Avellaneda, él pertenece a una manera de cantar que la encontrás con lupa; que
es la vieja escuela de Javier, de Alejandro, de él. Horacio Fontova cuando
cantaba rock y blues, muy de vez en cuando, cantaba eso. Todos los que tocan y
cantan acá son pistocchianos: la voz
de Enrique, la voz de Claudia. Miguel Cantilo son todos muy del palo de
Pistocchi. Ahí hice una selección de gente que estuviera muy comprometida, y
Enrique Avellaneda era muy amigo porque Jorge había sido manager de La Máquina.
Y aparte yo lo escuché cantar y dije “¡No, en “La refinería del Dock” tiene que cantar Enrique de acá a la
China!”. En este caso hay un extra que es como una cuestión espiritual con
respecto a Jorge de determinada gente que fue parte de su vida, pero lo que
manda es la canción; que si hay alguien que está llamado es porque uno se da
cuenta que es esa la persona que va ahí. No importa que sea famoso. O Rubén
cantando una milonga, que la cantó de puta madre y no hay quién cante con esa
manera de hablar. ¡Mi viejo hablaba y era tango! Su manera de hablar era la de
los tangueros. Entonces cuando Rubén hace esa milonga canta con un montón de
impostaciones, y eso me gusta mucho rescatar como cosas culturales. Pero a todo
eso le tenés que dar un marco de producción, que es lo que no se ve, porque
está grabado con el mejor micrófono, en el mejor lugar, está recontra
pre-producido en mi casa. No es que lo tiramos ahí y las cosas pasan, no; hay
mucho trabajo antes.
Y en lo que
es la película vos también tuviste mucha participación, no sólo en la música
sino también entrevistando. O conduciendo los eventos junto con Rubén en la
cancha de Excursionistas y en La Boca.
Y las entrevistas las hicimos nosotros; en las partes
de la película en donde se ve solamente a las personas contar la gente habla
pero estamos nosotros preguntando. Las de estudio, o la investigación histórica
de las revistas etc. Los lugares incluso: La Pana Rock en La Boca. Esto fue un
trabajo en equipo, cabe decir que todo el mundo hizo y todo el mundo puso.
La noche que quedó grabada también la había hecho la misma productora
Con Mascaró Cine, sí. Dirigida por Omar Neri y Mónica
Simoncini. Yo a Omar lo conocía desde mucho antes.
La película
también tiene una estética de dibujos en algunas partes, tal como el que
ilustra el afiche y la tapa del cd realizado por Rocambole, y las animaciones
con los dibujos le dan un sentido muy alegre a Pistocchi …
Es que Pistocchi era un tipo alegre, con humor. Un tipo
de mucha creatividad; lo peor que podía pasar con un documental de Pistocchi es
que sea, o bajón o aburrido. No hubiéramos retratado lo que era Jorge que era
plena creatividad. No sé si lo hemos logrado, pero sí apuntamos a eso.
Por otro
lado, hay un disco que estás haciendo y que ya lo anticipaste en vivo a fines
de 2023 que es Los Espejos del Plata
¿en qué etapa de realización está ese otro álbum?
Del disco que grabamos Los Espejos del Plata tenemos seis temas, o sea que por ahora es un
ep. Falta un tema, “Temporal”, que no está subido. Lo fui subiendo como
simples, para después formar el concepto de subir el disco completo. De
“Temporal” hicimos un video en vivo que lo filmó la gente, y de todos los
celulares Omar Neri armó una especie de edición. Se tomó un trabajo descomunal.
Y “La luna roja” me lo pidieron para la película. Los Espejos del Plata tiene varias características, porque está
grabado en cinta abierta, tiene un sonido bárbaro. Llegamos hasta ese punto;
nos superó luego el mensaje de “tenemos que filmar la película”. Cuando nos
dijeron que teníamos que filmar, y todo el esfuerzo descomunal que fue armar la
película. Y terminar de componer, y grabar toda la música de la película y los
temas extras que componen Bajo el sol
del rocanrol, bueno, ahí estamos. Sacamos Bajo el sol del rocanrol y estamos dilucidando con los muchachos
cómo definimos finalmente el disco: si lo editamos así como un ep, o le sumamos
tres o cuatro temas el año que viene y sacamos un disco completo donde está, a
diferencia de otros trabajos, la presencia de los tambores y del candombe. Con
los tambores también hay más material, entonces tal vez compongamos sobre eso.
En fin, como hablábamos, el tiempo es acotado y uno va haciendo todo lo que
puede, pero en líneas generales la idea es esa.
El JORGE SENNO TRIO se presenta el 14 de diciembre en
El Fauré de Avellaneda, Av. Hipólito Yrigoyen 351, Avellaneda.
Muchas gracias Jorge Senno y Luis María Calcagno de
Discos Mucha Madera.
Sebastián
Matatagui
















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