“¿Querés venir y hacemos la nota ahora?”
Hacía varios años que quería conocer a Alejandro
“Alex” Zuker, bajista, guitarrista, arreglador y compositor, quién se ganó un
lugar de alta valoración por haber integrado Alas, uno de los grupos de los 70
de mayor prestigio en el Rock Argentino. Creadores del “tango rock”, de corta
pero fundamental existencia, el trio que formaron originalmente con Gustavo
Moretto y Carlos Riganti tuvo su ascenso y coronación entre los años 75/76,
siendo claves en la escena progresiva de entonces y ganándose elogios públicos
de Astor Piazzolla.
El motivo de esta entrevista no podía ser mejor: Alas
se reúne, con su formación original, a cinco décadas de su debut en vivo y a
poco más de 20 años de la última vez que compartieron un escenario en aquella
primera vuelta que derivó en la grabación y publicación de Mimame bandoneón (2005), hasta ahora último disco en estudio de la
banda.
La reunión se va a consumar dentro de la tercera edición
del festival “Héroes del Rock Nacional” a realizarse este sábado 3 de mayo
desde las 20 horas en el Teatro Ópera, en la avenida Corrientes. Alas va a compartir
una jornada colmada de nombres ilustres; Litto Nebbia, Ricardo Soulé, Gustavo y
Marcelo Montesano con Nexus, Rodolfo Mederos, Emilio Del Guercio, Miguel
Zavaleta, Carlos Mellino, Bernardo Baraj, Pelvis, Héctor Starc entre otros.
Alex reparte su tiempo entre dos ciudades de Estados
Unidos y cada tanto vuelve a Buenos Aires de visita. Tras una postergación por
un ensayo, en la tarde de un día de semana recibí su llamado y ahí fui,
atravesando la ciudad, combinando subtes y caminando algunas cuadras, hasta
encontrarme con el célebre bajista que hizo historia en algunos rincones de
América y que, entre otros tesoros que le deparó la vida, recibió el consejo
directo de John Lennon en una tienda de jeans en New York poco antes de aquel
diciembre nefasto: “Don´t quit”.
La ocasión era propicia para desandar con Alex Zuker
el camino que hoy lo encuentra reuniéndose nuevamente en Buenos Aires con sus
camaradas.
Alex ¿Cómo
fue tu inicio en la música, de chico? ¿Había alguna raíz artística en tu
familia para que salieras así ..
Alex Zuker:
¡Si, así de loco! (risas) Con mis hermanos,
tuvimos la suerte que nuestros padres eran bastante avanzados para esa época, y
cuando estábamos en la escuela primaria nos dijeron “Tienen que ir a aprender
tenis, natación y música”. Todo ese tipo de cosas; con un profesor, todo con
una cierta rigurosidad. Para la música nos dieron para elegir dos instrumentos
nada más: guitarra o piano. No había otra cosa (risas). No sé por qué a nadie se le ocurrió la trompeta … Entonces
un hermano mío eligió piano, y ahora es un gran compositor, pianista y sobre
todo director de orquesta y director de coros. Se recibió en el Conservatorio
Nacional. Hizo una carrera de pianista de música clásica. Mi otro hermano
eligió guitarra y también se transformó en un guitarrista. Está actualmente
tocando. Ahora va a tocar justamente en España. Y yo elegí guitarra también,
tendría unos 7, 8 años. En el Conservatorio Santa Cecilia estuve varios años,
pero en realidad, la mayoría de las veces, daba los exámenes finales nada más.
O sea, el profesor me enseñaba durante todo el año y después a fin de año iba a
dar el examen final. A mí me rindió muchísimo porque yo tenía preguntas
directas, o él me decía cosas directas para ayudarme. Fue muy bueno el
profesor; se llamaba Crotti. Entonces empecé a aprender con la guitarra
canciones de zamba. Después, cuando vino Chubby Checker, aprendí a tocar el
twist, y eso me empezó a llevar un poquito para ese lado hasta que por
supuesto, como todos sabemos, vinieron Los Beatles. En cada generación hay como
un grupo que te agarra, a la edad esa entre los 10, 12 o 13 años, algunos
tienen suerte y otros no de qué grupo famoso hay en ese momento. O sea que yo
tuve la suerte máxima, que creo que no se repitió desde ese entonces, que mi
guía musical fueron Los Beatles. Me acuerdo que me compré el primer simple que
salió acá de Los Beatles, que era un disco 78 rpm antes que salgan los de
vinilo. Tenía dos temas; “La vi parada ahí” de un lado y “Twist y gritos” del otro.
Yo me la pasaba escuchando ese disco, un lado 40, 50 veces por ejemplo, y el
otro lado también, pero sobre todo “La vi parada ahí”. Me pegó mucho más, y de
ahí me pegó lo del bajo. Yo escuché ese bajo y me quería morir, cómo sonaba y
lo que hacía en la banda. Empecé a tocar con la guitarra el bajo. Entonces empecé
a aprender sus canciones y en seguida hice un grupo de barrio así con amigos;
el que podía, el que tenía. No era cuestión de quién tocaba bien o no; era
quién tenía una batería, o quién tenía una guitarra eléctrica. Creo que a los
15 años me compré un bajo. Hice varios grupitos, tocamos en varias boites hasta
que en un momento un amigo me llevó a la sala de la calle Conesa, que es donde
estaba Pedro y Pablo, a comienzos de los 70.
Pedro y
Pablo, que ya eran conocidos. Habían tenido “La Marcha de la Bronca”, ya habían
sacado su primer disco.
Claro. Lo que pasó es que cuando se hicieron famosos
inmediatamente, tenían un bajista y un baterista junto con ellos que tocaban
dos guitarras. Y cuando se hicieron re-famosos dijeron “Tenemos que tener una
guitarra eléctrica”, y el bajista era muy buen guitarrista eléctrico, entonces
me pidieron que yo toque el bajo. Ahí fue cuando armamos el trio, de atrás de
Pedro y Pablo. Tocamos en BA Rock y la verdad que estuvo buenísima esa
experiencia. Y eso me llevó a conocer a Jorge Montes, que venía a Conesa. Conesa,
que estaba cerca de Avenida Del Tejar, era una sala de ensayo toda recubierta
con aislamiento para poder tocar a cualquier hora. Ahí es donde ensayábamos con
Pedro y Pablo todos los shows. Primero estábamos bastante tranquilos con,
solamente a lo mejor, diez personas por día que venían; cinco zapaban y cinco
miraban, digamos. Pero después vino un grupo grande que se llamaba La Cofradía
de la Flor Solar. Ellos eran muchos, y había mujeres con hijos. O sea que la
casa se llenó de mucha gente, muy linda toda obviamente. Y después grabamos el
álbum Conesa, justamente, con muchos
invitados, mucha gente.
Siempre vos
tocando el bajo
Si. Siempre tocando el bajo.
En el disco,
cuando se detalla quiénes tocan en cada tema, tu nombre figura en el “El Bolsón
de los cerros” y en “Catalina Bahía”.
Fue un honor que me hayan elegido para tocar en
“Catalina Bahía”, porque ese tema es de mis preferidos de Pedro y Pablo.
¿Fue esa tu
primera grabación profesional?
No. Antes ya había grabado con un par de grupitos
algo. Pero esta fue la primera con un grupo importante.
Entonces al
guitarrista Jorge Montes lo conocés ahí
Si. Venían muchos músicos a zapar, venia Charly
García, Pappo, venia todo el mundo. Y Jorge Montes venía a zapar y tocando
entre nosotros me dice que quiere hacer un grupo estilo Jimi Hendrix. En
principio se llamó Mahatma el grupo.
Cuando se
leen los créditos de la banda del disco Cuando
brille el tiempo de Montes, editado por Philips en 1974, aparecen citados
los nombres de Carlos Salazar, Alberto Oneto y Juan Carlos Policastro, más
grandes, y más chicos aparecen Sergio Goffan en piano eléctrico, Eduardo Pipman
en batería y vos en bajo.
Sí, porque justamente en la mitad de la grabación de
ese disco yo tuve una oportunidad de ir a Estados Unidos, a estudiar a Berklee,
ver grupos y visitar familia que yo tenía allí también. Fue la primera vez que
fui a Estados Unidos. Entonces me fui, digamos, y por eso Jorge terminó armando
un grupo de nuevo con otros artistas y esos son los primeros que figuran ahí,
porque era el grupo vigente en ese momento. Pero creo que es así, en el disco,
en el cd no se aplica, pero en el vinilo tocamos en todo un lado yo, con mi
primo en batería y mi otro amigo Sergio Goffan en teclados. Todo ese lado fue
grabado por nosotros, y justo ahí fue cuando me fui, y mi primo también se fue
a Europa, entonces se desarmó la banda y el volvió a armar una nueva banda que
es la que está del otro lado.
Previamente
había salido un simple, en 1973
Si. En el simple toco yo en los dos temas: “Pájaro
nocturno” y “Un viaje al mar”.
En Estados
Unidos ¿cómo fue la experiencia de estudios en Berklee?
Hice unos cursos de composición, en realidad. Me
sirvió muchísimo porque conocí lo que es Berklee, lo fabuloso que era eso. Y me
sirvió para que le sugiera, mucho después, a mi hijo que estudie en Berklee. Y
estudió y se recibió también. Ahora está tocando por todo el mundo.
¿Tocaste o
grabaste algo allá?
Grabar no, pero toqué, zapé con bandas, sí.
¿Todo en New
York?
En ese caso sí. Casi todo en New York, y los
alrededores: Long Island, New Jersey.
¿Cuánto
tiempo duró ese viaje?
Y estuve casi un año, me parece. Me fui en el 73, y volví
en el 74. Se había terminado el tiempo que me dieron para estudiar, la visa y
todo eso. Entonces volví a Argentina con la intención de hacer una banda. Ahí
formamos Alas.
Vos conoces
mucho de equipamiento y de instrumentos ¿no? En aquella oportunidad trajiste de
Estados Unidos un set de equipos.
Si. No es que conocía tanto de instrumentos. Ahora sí,
ya conozco bastante de instrumentos, pero en ese entonces lo único que quería
es emular a los que yo veía en el Madison Square Garden cuando iba a New York,
y los equipos que usaban, los bajos que usaban. Entonces me compré varios
instrumentos de ese mismo estilo, nada más que para copiarlos a ellos porque
decía “Si a ellos les va bien, me tiene que servir a mí también”. De hecho,
traje el órgano Hammond de Gustavo, la batería Ludwig para Carlos. Por suerte
pudimos equiparnos bien porque en ese momento era difícil tener buenos
instrumentos. Aparte en ese momento los sonidos en los shows, lo único que
salía por los parlantes para la gente, eran las voces. Todo lo demás dependía
de los equipos que vos tuvieras en el escenario. Entonces era muy importante
tener buenos equipos.
A Gustavo
Moretto, que ya en ese año decide armar su propio proyecto con sus
composiciones ¿Vos lo conocías de antes?
Si, lo conocí antes porque mi primo, el baterista que
te contaba, tocaba en un grupo con Gustavo, antes de Alma y Vida, que se
llamaba Rhythm And Blues. Y de ahí
fue que lo llamaron a Gustavo para tocar en Alma y Vida, o sea como tocaba con
mi primo a veces iba a su casa y estaba Gustavo ahí, y charlábamos y todo eso.
Cuando me enteré que se fue de Alma y Vida yo lo llamé y le pregunté si quería
hacer un grupo y me dijo que sí. Estuvimos probando entre nosotros y nos gustó
la onda que había, y entonces decidimos buscar un baterista, probamos a varios,
hasta que Gustavo se acordó que conocía a Carlos Riganti. Lo llamamos y, esas
pruebas que hicimos con unos bateristas anteriores … Creo que siempre pasa
esto; vino Carlos Riganti, que era el baterista que necesitábamos, y le pegó un
golpe al redoblante y dijimos “¡Ese es el baterista!”. Una cosa así fue.
¿Siempre
tuvieron en cuenta que iba a ser un trio?
Gustavo tenía la intención de que sea un trio, que
todo esté reducido al máximo y con toda la habilidad que tiene él de dar
colores con diferentes teclados, con la trompeta, y con el trombón, la flauta,
cantando. Todas las cosas que él hacía, o sea que su idea era eso, hacer un
trio y que no hacía falta nada más, para que los teclados tengan preeminencia
en eso. Y nos encantó la idea.
¿De dónde
salió el nombre del grupo?
El nombre Alas, si no recuerdo mal, creo que a Gustavo
se le ocurrió porque él tuvo la experiencia de estar en Alma y Vida, y se dio
cuenta que cuando ponen los grupos en orden alfabético Alma y Vida estaba como
primero siempre. Entonces quiso hacer un grupo que empiece con la letra A. Y
Alas está antes que Alma y Vida justamente. Aparte nos encantaba el nombre
Alas, sabíamos que había un grupo que se llamaba Wings, de Paul McCartney, pero
los nombres propios no se traducen; el señor Brown no es Sr. Marrón acá. Sigue
siendo Sr. Brown. Y por eso no nos preocupaba que sea el mismo nombre: Wings o
Alas es exactamente lo mismo traducido. Muy contentos de haber elegido ese
nombre, nos encanta hasta el día de hoy.
¿Cómo era el
trabajo en grupo? ¿Eran composiciones de Gustavo y después trabajaban todos en
los arreglos?
Si. Básicamente Gustavo trabajaba en la composición y
en los arreglos. Nosotros aportábamos alguna cosa también, obviamente, porque
estábamos encerrados de lunes a viernes desde las 9 de la mañana hasta las 3 de
la tarde todos los días, o sea que hubo mucha interacción ahí, pero todas las
ideas, y las composiciones y los arreglos venían de Gustavo.
Tu estilo
tocando el bajo así, esa clase de música, ese virtuosismo ¿De dónde venía,
cuales eran tus influencias?
Mis influencias, como te dije, Paul McCartney, después
vino el grupo Yes que me rompió la cabeza, entonces era fan de Chris Squire, el
bajista de Yes. Y por eso me compré el bajo que Chris Squire usaba, que era un
Rickenbacker. Y después tuve influencia de Jimi Hendrix, de Emerson, Lake &
Palmer, por supuesto. De todos esos grupos que en ese momento eran realmente …
Ahora me doy cuenta la suerte que tuvimos de vivir en esa época cuando estaba
eso, y es muy linda la música que hay ahora, pero es otra cosa ¿no?
Alas debuta
el 21 de marzo de 1975 en el Teatro IFT, o sea que hace pocos días se
cumplieron 50 años exactos ¿Cómo recordás aquel primer concierto presentándole
al público el nuevo grupo, un nuevo repertorio? ¿Cuál fue la reacción de la
gente?
Lo primero que me acuerdo es que había un chico que yo
conocía del barrio de Devoto, que es donde empezamos a ensayar también, en mi
casa en Devoto. Este chico que venía a vernos a mi casa, veía los ensayos y
todo eso, se llamaba Daniel Grinbank. Él estaba estudiando Economía en la
facultad en ese momento. Entonces él vio el grupo y nos empezó a decir “Mirá,
yo tengo ideas para producirlos. Si me dejan hacer el primer concierto yo les
voy a mostrar mi capacidad”. Con tan buena onda lo propuso que le dijimos “Está
bien, hacé el primer concierto”. Y se recontra llenó, quedó gente en la calle.
Y era la primera vez que salíamos; hizo notas en las revistas, y un montón de
cosas que para un grupo que empieza .. Digamos, generalmente, sin conocer la
música no se llena de gente. Así que él hizo eso y a partir de ahí me decía a
mí todo el tiempo “Mirá, acá puse 1500 personas”, al próximo recital “Acá puse
2500 personas”. Me explicaba, digamos, lo acertados que estuvimos en elegirlo
como manager. Y después vimos la carrera que hizo: 2.000.000 en River para los
Rolling Stones (risas) En cuanto al
público de ese primer recital, nosotros respondimos a la expectativa que se
había creado y respondimos bien aparentemente porque la gente nos seguía al
máximo. Teníamos, por ejemplo, a los tres integrantes de Madre Atómica en casi
todos los conciertos: Pedro Aznar, el “Mono” Fontana y Lito Epumer. También
teníamos a los integrantes del grupo M.I.A. Me acuerdo que estaban el padre y
la madre de Lito Vitale, con Lito Vitale de chiquito, con la hermanita. Muchas
veces los vi en primera fila a ellos. Eso era un regocijo para nosotros, que
gente que sabe de música nos consideraba una buena influencia.
En cuanto a
los temas. En ese primer repertorio, anterior a la grabación del disco que se
dio al año siguiente, había temas que se tocaron y después no fueron
grabados.
Si. Veníamos preparando muchos temas en los ensayos. Y
cuando llegamos al momento de grabar el disco tuvimos que elegir, y elegimos
los más recientes, en realidad, porque sonaban mejor. Ya habíamos tenido más
experiencia. Y lamentablemente los primeros desaparecieron.
En ese primer
año sí se editó un simple por el sello EMI. Traía “Rincón, mi viejo rincón” del lado A y “Aire (Surgente)” del B. ¿Cómo fue la llegada a ese sello tan
importante y la grabación?
Creo que fuimos primero a RCA a hacer una prueba y nos
dijeron que no. Algo así, me parece. Y después vino este productor Luis
“D´Artagnan” Sarmiento, tuvo fe y la acertó. Ir al estudio de EMI era medio un
sueño, porque yo me acuerdo que Los Beatles grabaron, después de la primera
parte que era en cuatro canales, en ocho canales y esas mesas eran muy
particulares porque tenían los vúmetros como en una circunferencia que subía y
bajaba. No era una cosa lineal. Y esa mesa yo la vi en fotos de Los Beatles,
era la misma mesa que tenían en EMI, de ocho canales también. Muy reducido para
nosotros, porque necesitábamos muchos más. Pero fue como una especie de shock
ver esa mesa. Aparte EMI es la compañía que los grabó a Los Beatles. O sea que
era una cosa muy fuerte tener esa oportunidad.
En los
recitales fueron creciendo de convocatoria. Hubo giras por el país y
participaciones en festivales también. Por mencionar, el 21 de febrero del 76
tocaron en el 1er Festival Cosquín de Música Contemporánea, junto a Litto
Nebbia, León Gieco, Crucis y una primera formación de La Máquina de Hacer
Pájaros, o el 14 de mayo en el Luna Park en el “Concierto para un mañana” junto
a Pastoral, El Reloj, Raúl Porchetto, Alma y Vida y Litto Nebbia.
Sí, sí. Me acuerdo de eso porque, en realidad, no había
tantos grupos que tuvieran trabajo. Grupos habían, pero que pudieran tener
shows … Y con esos grupos éramos todos amigos, porque íbamos juntos en el tren,
o en el avión o en micro a distintas ciudades desde el norte hasta el sur de
Argentina, Chile, Uruguay. Y siempre éramos los mismos; era La Máquina de Hacer
Pájaros con Charly, Nito Mestre con los Desconocidos de Siempre, Léon Gieco con
su gente, Crucis, Espíritu. Cuando había un recital de varios grupos éramos
todos los mismos, eran todos esos. También con nuestro querido Invisible. Así
que eso fue una cosa que surgió casi automática porque los que querían hacer
conciertos con varios grupos, eran esos los grupos y nada más. Después, siempre
había una camaradería muy grande entre todos los integrantes de los distintos
grupos en los hoteles, ir a comer juntos. Toda esa parte era una cosa bárbara.
No sé si existe ahora; ahora existe a otro nivel, me refiero.
En ese año en
que empezó la Dictadura, tiempos tan represivos, tan oscuros, Alas en
particular ¿Sufrió algún momento de persecución, de censura o alguna de esas
cosas?
Si, mirá. No me acuerdo muy bien de los demás, pero a
mí me llevaron a una comisaria dos veces, me acuerdo. Y las dos veces empezaron
con el pelo largo, después empezó con “contame a donde está la droga o te voy a
hacer bolsa” Como una cosa así, que no tenía ningún sentido de realidad. Por
suerte esas veces que me llevaron en un patrullero a la comisaria, cuando tuve
que hablar con el comisario o con el principal, para decirme algo o me llamaban
para preguntarme algunas cosas, las dos veces me pasó lo mismo. Les dije “Esto
me arruina mi carrera porque yo toco en el grupo Alas, y si me hacen un juicio
o algo me va a arruinar todo …”. En días distintos, dos me dijeron “¡No te
puedo creer! ¿Vos tocás en el grupo Alas? Mi hijo es re fanático. Podés irte
normalmente”. El otro me dice lo mismo “Mi hija es fanática de ustedes,
inclusive me persiguió para que le compre las entradas para el próximo recital
de ustedes. Así que te podés ir tranquilo, inclusive voy a llamar a un agente
para que te lleve en un coche particular a donde vos quieras”. Así terminaron
mis dos noches en la comisaria, pero era una época muy difícil. Estábamos
siempre pendientes de qué iba a pasar, con miedo y aparte con tristeza por lo
que estaba pasando a otra gente. Te ibas enterando de a poquito ahí.
¿En vivo
tocabas bajo y también algo de guitarra?
Sí, claro. Como Gustavo quiso hacer un trio, entonces
cuando hacía falta guitarra yo tocaba algunas cosas de guitarra. No mucho, pero
sí he tocado. Quedaba muy bien, porque por ahí en “Buenos Aires sólo es piedra”
yo tocaba la guitarra con un solo de trompeta de Gustavo. Ese tipo de
variaciones venía muy bien.
Ese primer long
play, que salió en octubre de 1976, tenía una canción por lado las cuales a su
vez tenían sub divisiones.
Claro. Pero en vivo lo tocábamos todo entero, digamos,
sin parar.
Dentro de la
fusión en ese álbum se incorporan elementos del jazz, el tango y la vidala.
Esa era la idea, de incorporar, como dijo Gustavo
“Pinta tu aldea y serás universal”. Esa era la idea; hacer rock pero no imitar
a los de Inglaterra o los de Estados Unidos, sino que tomar las raíces del rock
y agregarle cosas de nuestro país, de nuestra aldea ¿no? Y esa fue una idea
genial de Gustavo.
Un poco me
hablaste de él; en los créditos del disco dice: “Daniel Grinbank: Profilaxis”.
Claro. Eso no sé, fue una decisión del que armó el
texto del disco en EMI. Parecería como que en ese momento le quisieron hacer un
chiste a Daniel ¿no? Como que él estaba en todas. Entonces era como que él
curaba todo, limpiaba todo, protegía todo, digamos.
Para “Pinta
tu aldea”, el siguiente disco, Alas se vuelca más al tango. Pero ya en el
recordado concierto que dan el 8 de octubre de 1976 en el Teatro Coliseo se
presentan con tres bandoneonistas, con Juan José Mosalini, Rodolfo Mederos y
Daniel Binelli. ¿Cómo fue incluir en el grupo tres bandoneones?
No sé exactamente cómo fue, pero me acuerdo que veníamos
hablando de que para esta onda tanguera que le queríamos dar sería muy
apropiado incorporar un bandoneón en eso. O sea que surgió casi como
consecuencia de la dirección que estábamos tomando. Aparte ya había otra gente
que había usado bandoneones. No sé, Litto Nebbia lo había usado, Spinetta
también. Ese tema particularmente que vos mencionas, es muy tanguero. Entonces
era obvio que queríamos incorporar bandoneones, y que queríamos incorporar a
esos tres nenes que eran monstruos en
ese momento. Era bárbaro, porque completaron el sonido que queríamos de tener
una raíz de nuestra aldea.
Los días 18 y
19 de diciembre actúan en el Teatro Astral, y quería averiguar cuando fue que
vos dejaste Alas. Si te acordás cuando fue tu último show.
Me fui al final del 76. Yo, cuando iba a Estados
Unidos a comprar equipos y a ver a grupos … En realidad, cuando tenía que
comprar equipos, o guitarras o lo que sea, primero buscaba a ver quién iba a
tocar en New York. Entonces, por ejemplo, tocaba Emerson, Lake & Palmer tal
sábado, entonces yo me iba esa semana para comprar instrumentos y lo que tenga
que hacer, y veía a los grupos. Y por eso, en las casas de música, cuando
compraba instrumentos, a veces compraba bastante cantidad de cosas, y cosas
caras, o sea que los dueños me trataban de una manera particular y me
presentaban a músicos todo el tiempo. Entonces por ahí hacíamos zapadas, y en
esas zapadas surgió que los integrantes de un grupo de rock nuevo me contaron
que sólo les faltaba un bajista, y me pidieron que tocara el bajo yo. Entonces,
con lo que estaba pasando en Argentina encima, todo ese desastre con haber
caído dos veces en la comisaria y todo eso, realmente me pareció una oferta
única. ¿Cuándo te va a ofrecer eso un grupo de New York que ya estaba formado?
Tenían un estudio de grabación propio, era una cosa muy avanzada en realidad. O
sea que, considerando lo que pasaba en Argentina, me pareció lo mejor ir para
ahí.
Alas estaba
en ese momento en lo más alto, con público y prensa a favor, tenían trabajo, músicos
como Astor Piazzolla los elogiaban públicamente. ¿Cómo fue decirles a Gustavo
Moretto y a Carlos Riganti que te ibas? ¿Cómo lo tomaron?
Y bueno, en realidad me envidiaron, casi. Porque era
la oportunidad que cualquier músico sueña; muchos músicos se van a probar
suerte a otros países y por ahí tardan años en conseguir algo importante. Esto
era un grupo que ya estaba completamente organizado, con estudio de grabación
propio, con manager. Las canciones ya estaban hechas, y justo les faltaba un
bajista, o sea que fue una coincidencia que no podía dejar pasar.
En el disco Pinta tu aldea vos no llegaste a grabar
nada
No, porque se grabó después que yo me fui. Pero en
realidad lo toqué todo en el Coliseo, cuando hicimos el concierto con los tres
bandoneones. Ahí toqué todos esos temas.
En el número
16 de la revista Mordisco, de noviembre de 1977, te hicieron una entrevista
durante un viaje fugaz que hiciste a Buenos Aires, y contás que estabas
trabajando con un grupo formado por Joseph Armilias en teclados y flauta
traversa, George Malafatópoulos en guitarra, Nicolás Haimo en guitarra, Vinnie
Signorelli en batería y vos en bajo. Todavía no tenían nombre, pero decias que
posiblemente lo llamarían Alliance, por la unión que existía entre ustedes y
que estaban grabando en ese estudio propio que me mencionaste una cantidad de
temas equivalentes a dos discos para después elegir.
Ese es el primer grupo con el que estuve en Estados
Unidos, después fue cambiando de integrantes hasta que llegó a ser el grupo
Excalibur. Al principio de todo se llamaba Melange.
Justamente, estamos en contacto actualmente con todos.
Creo que sabés también que toco con el grupo Tanghetto.
Si
Y lo que pasa es que el principal productor y
tecladista de Tanghetto, Max Masri, es amigo mío, entonces me pidió que consiga
a mis amigos del rock para que graben temas de ellos, pero producidos y
arreglados al estilo Tanghetto. O sea que es tango electrónico, se llama
“electro tango”, digamos, y grabaron mis amigos Fito Páez, Miguel Cantilo, Nito
Mestre, Pedro Aznar, León Gieco. Esa fue una aventura interesante. El disco se
llamó Argentinxs, y fue nominado
para los Grammy Latinos. Así que estuvimos con Max en Sevilla, cuando se
repartieron los Grammy Latinos, y Tanghetto fue nominado en realidad cinco
veces para los Grammys. Ese disco se grabó ya hace un par de años, pero salió
en 2023, por eso fue nominado el año pasado. Y, relacionado con Excalibur, con Tanghetto
tocamos en el Lincoln Center, en New York, y ahí fue después de muchos años que
los llamé a todos los integrantes de Excalibur, vinieron al show, y estuve de
vuelta con ellos. Fue una cosa increíble, después de tantos años.
¿Quiénes
integraron la formación más clásica de Excalibur?
El cantante y segundo guitarrista se llama John
Christian, el primer guitarrista es George Malafatópoulos, el baterista David Hale
y el tecladista John Gould. Esos éramos los cinco, que era teclados, guitarra,
bajo, batería y cantante. A su vez George, David, John y yo poníamos voces.
¿Cuánto
tiempo estuvieron tocando?
Y estuvimos tocando varios años. No me acuerdo
exactamente cuántos, pero tocamos en el CBGB que era un lugar muy famoso en ese
momento. Tocaban los Ramones, Deborah Harry con Blondie. Y cuando Excalibur
accedió a una prueba en CBGB, que se hacían a la tarde porque todas las noches había
shows, de lunes a lunes; la primera vez nos dijeron “No, más o menos. A este
grupo los vamos a poner como terceros”. Y terceros quería decir que tocabas a
las cuatro de la mañana. Era el peor lugar; ya estaba todo el mundo borracho,
la mitad ya se había ido. Y como tocamos bastante bien varios días, nos pasaron
al segundo lugar que era tocar a las doce de la noche. A las doce recién
llegaba la gente. O sea que tocamos en segundo lugar, y después tuvimos más
éxito y nos dijeron “Ganaron el primer lugar de CBGB que es a las dos de la
mañana”. Y tocamos varias veces a las dos de la mañana, el grupo esperado por
todos. Así que, era una cosa muy fuerte estar en esa época y en ese lugar.
Y con
Excalibur ¿Grabaste discos?
En Estados Unidos era muy difícil. Había muchos grupos
en ese momento que estaban saliendo. Justamente después de que se terminaron
Los Beatles empezó toda una necesidad de que haya un reemplazante, entonces
había grupos por todas las esquinas. Pero una de las cosas que más me pegó de
tocar con Excalibur es que un manager vino a ver un show nuestro y nos contrató
como manager. Y era el mismo manager de Johnny Winter y Edgar Winter, los dos
hermanos. Entonces era una cosa de locos porque me llevaban a los conciertos de
ellos y estaba en el backstage con ellos. Para mí los dos son ídolos. Y, tal es
así, que en un momento cuando Edgar Winter disolvió su grupo el manager me
llevó para que sea el nuevo bajista, y toqué con él y grabamos con él. Pero con
Excalibur no llegamos a editar un disco. Sí grabamos varias cosas, pero no
llegamos a editar un disco oficial con una compañía. Teníamos grabaciones y
todavía están, pero en ese momento era difícil, y había mucha competencia.
Después el baterista se tuvo que ir y pasaron cosas así, pero lo que aprendí y
lo que gocé con toda esa época era impresionante.
En esos años
hubo otros músicos argentinos que fueron para Estados Unidos, a Los Angeles o a
New York. Algunos se radicaron allá y otros fueron para hacer alguna grabación,
como el caso de Charly García ¿Vos tuviste algún encuentro en ese periodo?
Si. Casi siempre que Charly venia estaba en contacto
con él. Cuando venía Charly yo iba al hotel y era uno de los pocos que era
aceptado dentro del cuarto de él (risas).
Gran amigo.
¿Después de
Excalibur tocaste en más grupos en los 80 o en los 90?
Si. Justamente después de Excalibur, cuando el
baterista se tuvo que ir, nuestro manager que era el mismo manager de Johnny
Winter y de Edgar Winter me dijo que Edgar quería conocerme porque necesitaba
formar un grupo nuevo y para él lo primero era el bajo. No sé por qué, pero lo
primero era el bajo. Entonces me hizo ir a la casa con el bajo. No me puedo
olvidar nunca más, él con el pelo rubio, largo, y con esa voz que cantaba. Se
sentó en el piano y me decía “Enchufá el bajo ahí y acompañame. A ver, vamos a
probar unas cosas”. Para probarme, en realidad, nada más. Y después de un par
de horas tocando me dijo “Bueno, muy bien. Ya podés guardar el bajo”. Y no me
decía si había quedado contratado o no, me decía simplemente “Bueno, volvé
mañana a las 2 de la tarde y vamos a seguir probando”. Y así me tuvo como una
semana, yendo todos los días a la casa en Park Avenue, en Manhattan. Un super
departamento tenía ahí, con un piano de cola en el living. Y después de una
semana me dice “Mirá, funciona bien. Creo que podés ser el bajista. Ahora te
pido que consigas a los otros músicos”. Estuvo bárbaro eso con Edgar y es un
tipo impresionante. Eso fue al final de los 80. Y en los 90, al estar la
Argentina más establecida con la vuelta de la Democracia en 1983, ya venía más
a menudo. También al final de los 80 tuve la suerte de conocer a mi esposa y
estamos juntos hace casi cuarenta años ahora.
¿Y Sasha
cuando nació?
Y Sasha tiene 30 años
¿Cómo fue esa
experiencia con Miguel Cantilo cuando tocaron juntos canciones de Los Beatles
en el Central Park y pasaron la gorra?
Si, bueno. La gorra era para nosotros pagar en
realidad, porque nos compramos equipos y transportables, y todo eso. A los dos
nos encantan Los Beatles, nacimos con eso. Entonces, cuando caminábamos por el
Central Park veíamos a esos chicos que tocan y que cantan canciones, y dijimos
“Tenemos que hacer esto”. En New York es una cosa muy bien vista. Y más que lo
hacíamos de una manera muy profesional, a dos voces cantábamos la mayoría de
las canciones de Los Beatles. Un repertorio grande teníamos. Eso fue por
diversión básicamente, pero fue una diversión buenísima. Impresionante.
¿Y eso
cuantas veces lo hicieron?
Y, muchas veces. Él vino a visitar New York por
algunas semanas y se quedó en mi casa a vivir. Y empezamos a decidir que era
bueno eso; salir a tocar. Fue a fines de los 90, algo así.
En 2003 se
dio un acontecimiento ansiado por los admiradores del rock progresivo argentino
que fue el regreso de Alas. La formación original, Moretto, Zuker, Riganti más
el hijo de Gustavo, Martín Moretto en guitarra. ¿Cómo se gestó ese regreso?
Se gestó en Estados Unidos. Gustavo, que estaba
radicado allá, tenía la idea de hacer la versión más acústica, con piano
acústico, con bandoneón. Cuando tocás con un bandoneón, todo el grupo está
obligado a bajar los decibeles. Ahora sí se le ponen micrófonos adentro al
bandoneón y todo eso, pero en esa época la única manera de amplificar un
bandoneón era con dos micrófonos, uno de cada lado, y el bandoneón se mueve
para adentro y para afuera; se aleja de los micrófonos y se acerca. O sea que
el nivel del grupo, con el piano acústico también, hacía que todo tuviera un
nivel más bajo en intensidad ¿no? Para esa época era bárbaro y fue una experiencia
alucinante. Aparte tocamos con los mejores bandoneonistas de la Argentina;
estaba Daniel Binelli y acá en el Ateneo tocamos con Néstor Marconi.
¿Empezaron a
ensayar en New York?
Si. Empezamos a ensayar en la casa de Gustavo, Carlos
vino a vivir ahí casi. Estuvo buenísimo.
Y dieron
varios shows
Hicimos varios recitales en Estados Unidos. Para
prepararnos, para venir para acá, tocamos en New Jersey, en New York, en Manhattan.
Tocamos en uno de los lugares más prestigiosos de Manhattan que es el 55 Bar, y
también en varios otros lugares. Tocamos también en el Consulado Argentino, en
New York. O sea que hicimos varias presentaciones.
El 20 de
agosto tocaron en el ND Ateneo, actual ND Teatro.
Yo me acuerdo que vinimos dos veces a tocar en el ND.
Y yo creo que fue con un año de diferencia, así que yo creo que vinimos en 2003
y en 2004. Y la segunda vez tocamos también el Hotel Faena. Me acuerdo que en
el Faena fue un show muy lindo, pero en la primera fila, sentado solo, estaba
mi gran amigo Gustavo Cerati que era fanático de Alas. Y me acuerdo que fue
bárbaro porque cuando terminó el show, lo primero que hice fue ir a abrazarlo.
Unos recuerdos muy lindos de él.
También
tocaron en Rio de Janeiro, Brasil.
En Rio de Janeiro hicimos una gira con el grupo Wishbone
Ash. Y la gira incluyó varias ciudades, tocamos en Rio de Janeiro, en San
Pablo. Creo que tocamos en Curitiba, en Rio Grande. En varios lugares, fue una
gira de seis, siete shows.
O sea que en
esa vuelta de 2003/2004 hicieron varias presentaciones y en 2005 salió el cd Mimame bandoneón.
Claro, que lo grabamos acá en Buenos Aires y lo mezcló
nuestro amigo Pedro Aznar.
Después de
publicado el disco no volvieron a tocar con Alas.
No. No más. Después de eso no. Ya estaba hecha la
misión, que queríamos hacer una versión acústica de Alas. Viniendo de la pesadez que tenía el Alas original,
digamos, esto era una cosa más adaptada al momento ese también.
Además que
presentaron temas nuevos
Con temas nuevos, sí.
Y en el ND estuvo
de invitado Pedro Aznar, quién te sucedió en el bajo en 1977 en el último año
de Alas en los 70.
Sí. Fue invitado para cantar un tema y tocar la
melódica. Pero también él es tan bueno en los temas de grabación, que le
pedimos que él sea el que mezcle el disco.
Fue una
reunión full, porque ahí estaban
todos los integrantes de Alas, de los dos discos.
Claro, es verdad. Muy lindo.
¿La próxima
banda en la que tocaste fue Tanghetto entonces?
Bueno, después de eso me transformé como en un bajista
libre, digamos. Porque habiéndome casado y teniendo un hijo yo no quería estar
andando por todos lados tocando. O sea que me transformé en un bajista, como se
llama en Estados Unidos. for hire. O
sea que me llamaban muchos grupos y he tocado con mucha gente, pero así; como
bajista independiente. Por eso, gracias a eso que me mantuve solterito y sin
apuro pude ahora juntarme con Alas y casarme otra vez (risas).
¿Cuándo
empezaron a pensar en esta reunión de Alas 2025?
Después de la pandemia, que no se podía hacer nada,
veníamos pensando en juntarnos de alguna manera. Pero básicamente el puntapié
inicial lo dio nuestro productor, que está trabajando ahora en el show del
Ópera, que era asistente nuestro de Alas en el principio de todo.
¿Monitor?
Monitor, claro. Era un asistente de primera, o sea una
de las razones de nuestro éxito eran los asistentes. Por eso ahora la situación
es propicia para presentarnos, así que lo vamos a hacer. Dicho sea de paso,
quiero que todos sepan que Alas va a abrir el concierto del 3 de mayo en el
Teatro Ópera, así que tienen que venir temprano porque si no se lo pierden.
Lo que podría
ser el broche de oro, y eso que hay tantos nombres ilustres, va a ser el
comienzo del festival.
Somos humildes, no necesitamos estar al final. Aparte
hay gente muy importante que merece estar al final, asique nos pareció muy bien
abrir el concierto.
¿Formato
trio, o va a haber bandoneón o algún otro invitado?
Es formato trio porque la idea, justamente, es revivir
esa época. O sea, basta de bandoneón y de todo eso que es muy bueno también,
pero ya está grabado en el disco. Ya Mimame
bandoneón tiene toda esa parte. Asique la idea ahora es revivir la música,
el sonido de los 70 del primer Alas. Esa es la idea: trio, puro trio derecho y
nada más.
Y esta va a
ser una muestra ¿no? Porque al ser un festival tendrán un tiempo acotado y los
temas de Alas son largos.
Por eso mismo, porque es un festival, con muchos
artistas y todos de primera, es que aceptamos hacerlo porque si teníamos que
preparar todo un concierto entero en tan poco tiempo no íbamos a poder, me
parece. Pero así, mezclado con otros artistas, va a funcionar bien, pero ya nos
están invitando a hacer conciertos grandes y todo eso asique vamos a ver qué
pasa en el futuro. Vamos a ver primero cómo sale acá ¿no? Nosotros creo que
estamos sonando muy parecido a lo que era en esa época; esa es la intención. Es
una felicidad estar con Gustavo y con Carlos otra vez, una cosa que muy poca
gente puede hacer después de tanto tiempo. Juntarse, pero para empezar estar
vivos, poder tocar y estar en muy buenas relaciones de amistad. Todo eso es muy
bueno y no se debería desperdiciar, por eso estamos aprovechándolo.
Alex cumplió años hace pocos días. Se ve muy expectante;
la presentación de este sábado no es sólo un gran reencuentro. Es un abrazo con
una parte muy importante de su vida y de la música argentina. Por eso, con la
responsabilidad que los caracteriza a estos tres enormes músicos (Moretto,
Zuker y Riganti) ensayan todos los días y pormenorizan detalles en esa porción
de repertorio clásico que nos van a ofrecer por un mágico cuarto de hora. Es
historia grande. Casi no hay grupos legendarios que se puedan juntar con sus
integrantes originales. Vuelve Alas; más que un show un acontecimiento
cultural.
“Héroes del Rock Nacional”
Sábado 3 de mayo, 20 horas.
Teatro Ópera, Av. Corrientes 860
Entradas desde 17.250 pesos en venta por sistema
Ticketek
Sebastián
Matatagui
Muy buena entrevista, Sebastián. Me encantó.
ResponderBorrarMuchas gracias!
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