Es la gélida noche del viernes 15 de agosto y el
límite de los barrios Chacarita y Villa Crespo se ve particularmente
concurrido.
Por un lado, los fans de la cantante japonesa Ado
esperan haciendo largas filas en las inmediaciones del Movistar Arena a la que
será su primera presentación en nuestro país dentro del Hibana World Tour.
A pocas cuadras, frente al Parque Los Andes y a metros
de la esquina de las avenidas Corrientes y Dorrego, las bandas amantes del
siempre presente rock and roll Redondo se acercaban a una cita de revisión de
un concierto que marcó un antes y un después en la trayectoria de Patricio Rey
y sus Redonditos de Ricota, en el C Art Media. Quienes se encargarían de
rememorar el Show Obras 91 son los
tandilenses Rey Garufa y Sus Timadores, banda tributo que nació en 2008, que
adquirió una gran visibilidad por aparecer en el documental “Piedra que late” y
que lo reconfirman con una gran performance que recorre el país y es
considerada como uno de los mejores homenajes.
Sus integrantes son Santiago Núñez en voz, Octavio
Ballesteros en guitarra y coros, Batt Pedraza en guitarra y coros, Diego
Giménez en bajo, Simón Gómez en batería y Esteban Romay en saxo.
Rey Garufa iba a revivir un show con una historia de
peso, emociones y divisor de aguas; en varias direcciones.
Hace muchos años, cuando los bootlegs empezaban a
circular en CD-R reemplazando a los cassettes reinantes en los 80s y 90s, un
amigo me facilitó un concierto de Los Redondos referido escuetamente como
“Obras 91”. Era una grabación de aire de una porción de uno de los tantos
conciertos que hicieron en el Estadio Obras (fueron 16 en total en el estadio y
uno al aire libre los que dieron entre diciembre de 1989 y diciembre de 1991 en
el predio de la Avenida Del Libertador). La grabación estaba tomada desde el público,
aunque sonaba más que aceptable y se apreciaba al Indio Solari intercalando
algunas frases antes de algunas canciones. El show no estaba completo, años
después me enteré que eran seis las canciones faltantes, y dos bloques de temas
estaban invertidos respecto al orden en que fueron tocados.
Más adelante, con las facilidades que otorgó internet,
supe que de esa fecha, la del viernes 19 de abril de 1991, existía una
grabación de consola, aunque también incompleta.
Ese show resultó especialmente trascendental.
Por un lado, Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota
hacia su primera presentación en el año (las anteriores tres fechas habían sido
también en Obras durante el anteúltimo fin de semana de 1990). Dentro del
setlist se revisaban algunos temas que sonaron mucho en la etapa de pubs de la
banda a mediados de los 80, y hasta algunos de un mítico demo, pero que no habían encontrado lugar dentro de
su discografía que hasta esa fecha contaba con cuatro lps/cassettes. La
grabación, que hoy se encuentra fácilmente en YouTube, permite oír a una banda
en perfecta forma, en comunión con su público (incluso musicalizando un de los
cantitos que provenían de campo y tribunas) y un frontman con su gola ardiendo páginas
que serían clásicos del cancionero del Rock Argentino. Una banda sólida con un
repertorio imbatible.
A su vez,
esta fue la noche en que la policía se llevó detenido ilegalmente a Walter
David Bulacio, junto a otra gran cantidad de personas (el número dado eran 73
aunque se calcula que fueron más de 100). Walter, de 17 años, había ido con sus
amigos del barrio Aldo Bonzi a la puerta del estadio en principio para comprar
la entrada para ver a la banda, y al enterarse que ya no había localidades
esperar la posibilidad de que abrieran las puertas promediando el show o
simplemente escuchar desde la calle. La gente fue detenida incluso antes de que
empezara el recital y llevada en colectivos a la comisaría 35ª, sufriendo
agresiones, violencia física y la incógnita de saber cuánto tiempo estarían
privados de su libertad. Luego de estar diez horas en un calabozo, Walter fue
llevado en ambulancia a dos hospitales; en uno se le hizo una tomografía sin
quedar internado, en otro comprobaron golpes faciales, y en el sanatorio Mitre
fueron avisados sus padres de una situación grave. Tras cinco días en coma
Walter Bulacio falleció el 26 de abril, una semana después de haber sido
llevado a la comisaría 35ª en un operativo dirigido por el comisario Miguel
Angel Espósito.
Su caso es un
emblema de abuso policial y su asesinato en una de las páginas negras más
dolorosas en la historia del Rock Argentino.
El interior del C Art Media ya estaba bastante
concurrido. Pasadas las 20,30 horas en el escenario tocaba Piloteando Pájaros y
luego lo haría Noche fría, centrando su actuación en versiones de Callejeros.
A los lados expendios gastronómicos y un stand de serigrafías
con obras de Rocambole, autor de la identidad visual de Patricio Rey, daban
marco a la previa que compartí con dos colegas.
Fue la primera vez que vi una presentación de Rey
Garufa y sus Timadores. La formación fue casi fiel a la que subió al escenario
del Estadio Obras rememorado, exceptuando las dos guitarras ya que para 1991 el
guitarrista era únicamente Skay Beilinson (en posteriores shows en el estadio
de Huracán y Racing Club el Conejo Jolivet fue convocado como invitado
especial).
Pasado un cuarto de hora de las 22 subió la banda, y
fiel al anuncio, empezaron con “Nuestro
amo juega al esclavo”. Es notable como se asemejan al sonido de la banda de
ese show que aún tengo en cd. Santiago Núñez alcanza una personificación del
Indio tal que si uno cierra los ojos puede tranquilamente dejarse llevar pensándose
en Obras aquella noche.
El homenaje no sólo se centró en la realización del
repertorio en el orden y las versiones en que lo tocaron aquel 19 de abril hace
34 años, sino que también los parlamentos que hizo Solari fueron reproducidos
casi en su totalidad. Así es como el vocalista saludó al final del primer tema
con la frase que, dados los hechos, causa un frio en el cuello “¡Tanto tiempo
que no nos veíamos, eh! Che; un cariño para un chico de la banda de Aldo Bonzi
que no está pasando por un buen momento. Démosle un cariño che, eh”.
El ambiente era ideal, aunque yo hubiera prescindido
de la pantalla que proyectaba el logo de la banda así como fotos de distintas
épocas de Los Redondos, para que se pueda dar más clima de aquella noche.
El segundo tema fue “Divina TV Führer” seguido por la remozada versión de “Semen Up”, ambas originales de Oktubre.
“Esta es una noche de viejos temas ¡Es para prender
los grabadores y piratear eh!” fue el preámbulo a “Nene nena”, inédito grabado en estudios RCA en el famoso demo de
1983.
“Barbazul
versus el amor letal”, apertura de Gulp! le correspondió en tiempo histórico a “Mi genio amor” (también rotulado en algunos piratas como “Me alejé de tu seducción”), sin dudas
uno de los inéditos favoritos junto a otro que se tocó más adelante.
Sin anuncios, sólo el conteo a través de las baquetas
largó “Ya nadie va a escuchar tu remera”
que naturalmente hizo estallar el ambiente. Una de las canciones más poderosas
que contiene uno de los consejos que Solari explicitó en la única nota
televisiva que dio la banda, al programa Subterraqueos
de Buenos Aires, “Cuiden su estado de ánimo”.
“Roxana
Porcelana”, otro inédito, siguió en la lista. Este es uno de los
temas que no aparecen en la versión de consola.
Con el rasgueo introductorio, tal como hacia Skay,
empezó “Aquella solitaria vaca cubana”.
En el original el Indio anunció un intervalo para cuando terminen la canción
para solucionar un problema, supongo que referido a su retorno ya que se lo oye
haciendo pruebas con el micrófono entre temas desde un poco antes. Aquí Rey
Garufa no tiene ningún problema y sigue desandando aquella jornada.
“Lo más complicado es encontrar la nota en que están
cantando” declaraba entre risas Skay en marzo de 2000 en la nota radial que
dieron la cúpula de Los Redondos a la FM Rock & Pop en referencia a cuando
el grupo acompañaba instrumentalmente los cánticos del público. “Es un sentimiento” fue uno de ellos, y
tal como se hizo en aquel Obras también fue tocado el viernes con el “Olé, olé,
olé …” en las gargantas de un público que estaba totalmente enganchado y
disfrutando.
“Ropa sucia”
de Bang! Bang! Estás liquidado desató,
como todos los temas un parejo nivel de euforia, un canto desenfrenado, sobre
todo en la frase insignia “Vivir sólo cuesta vida”.
En la versión tomada de la mesa de sonido reanuda con
una comenzada “Mi perro dinamita” después
de una parte que sólo se consigue de aire. Para ese entonces era un adelanto
del quinto disco del cual ese sería el hit radial que coparía todo.
“Vamos a cantar un blues” evoca nuevamente Núñez y
hacen “Blues de la libertad”, todavía
un inédito que tocaron en la época de presentación de Oktubre en 1986. Seria oficialmente grabado e incluido en Luzbelito.
En el audio original el Indio pide “Por favor, por
favor. Tratemos de no entrar en este mercado de miseria. Ustedes son muy
jóvenes; no entren en este mercado de miseria que hay hoy en día che”. El
cantante mencionó “El mercado del amor” para presentar “Motorpsico”, uno de los temas más queridos de Oktubre, incluso por muchos de los integrantes de aquella formación
(Indio, Semilla, Skay, Crook, Fargo y Abalos).
“Recordemos a algún amigo” sugiere desde 1991, y se
replica aquí en Chacarita. La referencia es a Enrique Symns, periodista creador
de la mítica revista Cerdos y Peces,
quien fue monologuista en Los Redondos durante buena parte de los 80 pero que
para comienzos de la nueva década ya estaba fuera del círculo del Indio, Skay,
Poli & cia. A él estaba dedicada “Héroe
del whisky”, el tema que venía en la lista, y el inminente “Blues de la artillería”.
Sobre la intro anuncian “Todas son noticias de ayer”.
Otra frase textual y concepto vertido por el Indio en aquella nota televisiva
de 1985. Lógicamente sonó el segundo track de Un baión para el ojo idiota. Le siguió otro inédito del famoso
demo: “Pura suerte”, el cual dice “Esto
ya no es rock, mi amor, es pura suerte” … Otro de los inéditos de la
primerísima época, esto es fines de los 70, “Un
tal Brigitte Bardot” fue el último rescate histórico y no-oficial que
hicieron sobre el escenario aquella vez Indio, Skay, Semilla, Dawi y Sidotti.
De vuelta al Baión
.. hicieron “Todo preso es político”.
Volviendo a la referencia en cuanto a grabaciones piratas, este es el último
tema que aparece en el registro de consola. Incluso hay un fade apresurado después
de la parte en que dice “Detenganmé, detenganmé, detenganló”, sin que pueda apreciarse el
tema completo. Donde sí aparece completo este tema es en la grabación del
aficionado que nos permite escuchar una finalización instrumental diferente a
la del disco.
Luego el rock-mantra “Todo un palo”. En donde se lucen todos. El público cómplice
silbando en la frase “estás llamando a un gato con silbidos”. El coro en alto: “Yo
voy en trenes! (no tengo donde ir …) Algo me late y no es mi corazón. ¿Cómo no
sentirme así si ese perro sigue allí? ¿Que podría ser peor? (eso no me arregla …)
Eso no me arregla a mí”. Todo un himno.
Dos temas más del mismo disco (ciertamente hicieron
seis de las ocho canciones que componen Un
baión para el ojo idiota en aquel show) “Vencedores,
vencidos” y “Masacre en el puticlub”.
Este es el último tema que conozco que aparece en las versiones piratas de aire.
Un listado que tengo de años y lo que se detalla en la página setlist.fm indica
que aquella noche cerraron con “Ji ji ji”. Probablemente así haya sido y así
lo cumplieron los Garufa. Este, EL himno Redondo, fue bautizado por el propio
Solari como “el pogo más grande del mundo”.
La gente pide una más, pero los músicos regalan dos
canciones fuera de programa: “El pibe de
los astilleros” (muy apropiado tema insignia de La mosca … ) y “Yo caníbal”,
toda una sorpresa por pertenecer al futuro (recuerden que estamos en 1991).
Este tema salió en Lobo suelto Cordero
atado de 1993.
Ya habían pasado 13 minutos desde el comienzo del
sábado y las bandas volvían a sus lugares, o prolongarían la fiesta o el
encuentro en otros puntos en donde el corazón del rock sigue latiendo. Al ya
habitual festejo de los 30, 40, 50 años de tal o cual disco cada vez más
admirable los Rey Garufa y sus Timadores decidieron homenajear rememorando un
show. Un recital bisagra por muchas cosas buenas en lo artístico y por la
sombra trágica que deparó en la vereda aquella noche de viernes. En Chacarita,
en este gran espacio que podría tener algo de Obras y algo del Autopista Center
(en donde Los Redondos presentaron La
Mosca y La Sopa), todo fue una fiesta.
Sebastián
Matatagui
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