ARIEL LEYRA: “El rock siempre tuvo esa cosa de delirio pero a la vez de cultura fuerte”

 

Recuerdo toparme más de una vez con la figura de Ariel Leyra o con su canción “Sin tu amor” en la radio o en la televisión por cable promediando los 90.

Tenía un halo de misterio, en una época en que todo era mostrarse, pasar por encima del otro, presumir y en momentos en que ya empezaban las peleas entre personajes mediáticos. Ariel siempre se veía sencillo, con su larga talla, cabellera o lo Charly en la época del primer Sui Géneris, anteojos. Con su teclado y sus letras reflexivas y la melancolía de aquella canción que hacia desfilar parejas célebres de la historia.

Cuando uno lo veía en una nota o en algún programa especial con la presencia de varios músicos, él siempre cultivaba un perfil bajo, pese a que al cabo de dos años había logrado grabar como tecladista y co autor de varios temas en el único disco del grupo Zona Púrpura, había integrado la banda de Celeste Carballo, Fabiana Cantilo le había grabado un tema en su muy esperado cd “Golpes al vacío” (sucesor del popular “Algo mejor” que traía el tema “Mi enfermedad”), había publicado su debut solista y Mercedes Sosa había elegido una canción de su autoría como tema central de su disco de 1994.

La primera vez que lo vi actuar fue muchos años después en la piel de Hugo Del Carril en la obra “Tita, Una vida en tiempo de tango” protagonizada por Nacha Guevara y con dirección musical de Alberto Favero. Me encantó su personaje, que a la vez representaba un momento muy emotivo de la obra invitando a una Tita ya entrada en años e ignorada por las mayorías a subirse otra vez a un escenario para entonar “El Choclo”. El tema es que no lo reconocí a Ariel, supe que era él al leer los créditos en el programa de la obra una vez llegado a casa.

Después si, lo vi en vivo varias veces, compartiendo sus conmovedoras voces con Claudia Puyó, en el espectáculo que presentaron con Anibal Forcada y con su propia banda.

Esta nota me permitió conocer más a fondo al artista, al hombre. El reportaje tuvo lugar una tarde de la semana pasada en esa misma casa en donde compuso esos temas que muchos todavía atesoran en sus mentes y corazones. Ariel Leyra ultima detalles de su nueva presentación en vivo, la cual se va a hacer hoy a la noche en Café Berlín de Villa Devoto. También tiene otros temas personales muy importantes que lo ocupan, sin embargo cordial me recibe con una porción de budín, un vaso de gaseosa y la amabilidad de prestarse a una nota larga y detallada.

 

Primero, aclaremos que tu apellido es Leyra, con “y” …

Si. En realidad es un seudónimo inventado para un concurso de poesías, fue en el año 1987 o 1988. Yo tenía 17 años y había que mandar las poesías con un seudónimo y a mi abuela se le ocurrió el nombre ese y quedó. Después lo empecé a usar y fue divertido; primero lo usé con la “i” y después con la “y”. Me resultaba un poco más lindo a la vista. Pero nada que tenga tanta importancia. A partir de Todo cool quedó con “y”, fue porque un amigo me dijo algo de los números ¿viste? Un enrosque ahí de los números.

Porque en tu primer disco, Sin tu amor, está escrito con “i”. Pensé que había sido un error de la compañía

No. Las compañías ya se habían equivocado bastante, al principio, cuando el tema “Sin tu amor” lo había grabado Fabiana Cantilo para el disco “Golpes al vacío”, y pusieron “Ariel Leiva”. Después me mandaron una carta pidiéndome disculpas Y eso; fue una cosa divertida y lo usé en el disco de “Zona Púrpura” y quedó. Vino mi disco solista y después lo seguí usando.

¿Cuándo naciste?

Yo nací el 1 de febrero de 1970 en Liniers. A los 10 años con mi familia nos vinimos a esta casa en Caballito. A esa edad empecé a tocar la guitarra con un profe de acá enfrente, y después mi vieja me regaló un teclado, y ahí me puse a investigar un poco los teclados. Empecé a estudiar a mediados de los 80 con Santiago Giacobbe, pero eran muy caras las clases en ese momento y fui a pocas clases, y después me puse a estudiar guitarra con Silvio Furmanski, violero de Lebón, y más adelante con Marcelo Matte, un guitarrista de jazz. Silvio me recomendó que vaya a estudiar teclado con Didi Gutman. Didi, un capo, un maestro, un pendejo en ese momento, y me fui a estudiar con él. Y un día Didi me dice “¿Por qué no vas a estudiar con el Mono Fontana?”. Como que venía bien, venía con ganas. Tenía 17, 18 años y venia contento con todo lo que me pasaba; que era muy poco, pero sacarle el sonido, el buscar, el ver que había algo más, el descubrir. Y me fui a estudiar con el Mono Fontana, con él estudié dos años. Y el Mono un día me dice que Guillermo Vadalá estaba buscando tecladista para Zona Púrpura, un grupo que iba a armar él, un grupo nuevo. Le dije “Mirá Mono, yo no sé si estoy para ir a tocar”. “No, pero es rock” me dice el Mono. Y fui, y fue una aventura hermosa.

¿Había en tu familia alguien que haya hecho algo de música u otra actividad artística, ya sea de manera profesional o aficionado, del que pudieras haber heredado este camino?

Si. Por mi abuelo quizás. No lo conocí, pero mi vieja me dice que tocaba el piano muy instintivamente, mucho oído tenia, y escribía muy buena poesía. Yo creo que Dios está desde el principio en nuestros genes, y hay algo que tiene que ver con cosas que desconocemos y que vamos a seguir desconociendo en el tiempo. Y escuchábamos mucha música en casa, porque mi viejo era gerente en ese momento de un par de lugares Night Club de Buenos Aires: Marrakesh, Totem. Lugares emblemáticos de los 70 y 80. Y había muchos discos en casa. Y mi vieja compraba también discos y se escuchaba música variada. Uno de mis hermanos, el más grande, escuchaba Chicago, Supertramp, McCartney. Yo era chiquito, pero lo escuchaba de rebote ¿viste? Y además, lógicamente, que tuve una infancia con muy buena música infantil: María Elena Walsh, Gaby, Fofo y Miliki, Pipo Pescador, y eso lo consumí mucho. Vos sabés que en el tiempo creo que me marcó mucho, para hoy mismo. Yo escuchaba un tema de Gabi, Fofo y Miliki que se llamaba “Un barquito de cáscara de nuez”, que la letra a la edad que tenía, 5 o 6 años, no la terminaba de comprender: Navegar sin temor / en el mar es lo mejor / no hay razón de ponerse a temblar / Y si viene negra tempestad / reir y remar y cantar. Esa cosa de sobreponerse a la contrariedad, al obstáculo. Y después, en el tiempo, entendí. Era muy consumidor de música infantil. Y escuchaba las orquestas de los discos de Titanes en el Ring, Mike Ribas, instrumentales, los discos de Piluso. Y ese disco que está ahí, The Game de Queen llega a mis manos a los 10 años. Justo cuando sale editado, porque me lo trae un vecino, de Brasil. Y lo puse y me mató. Yo era un chiquito que venía de escuchar a Los Parchis y cuando escuché “Play the game” … Un tema que empezaba sólo, la voz y el piano. Y cuando marcó el tempo Roger Taylor con la batería, ahí empezó a girar algo, porque es un tema hermoso. Y me armé, como mucha gente, la batería en la pieza con las ollas ¿viste? Toda la movida, y tocaba cualquier cosa (risas).

 ¿En la secundaria armaste alguna banda?

Si. En la secundaria, a los 15 años, nos juntamos con Dieguito Luganova que es un batero amigo. Ahora no toca más pero es un gran amigo. Y en la división de al lado estaba Andrés Dulcet “El Colo”, que ahora es bajista de Fabi Cantilo, y el martes toca con nosotros. Nos juntamos y empezamos a tocar. Y tocábamos en Angel Gallardo y Corrientes, en un lugar que se llamaba Dilema, el grupo se llamaba Frac. Todos muy influenciados por la movida de los ojos pintados; New Age. Toda esa movida de los 80. Había lugares como Paladium, donde íbamos mucho con los chicos. Ahí fuimos a ver varios recitales; ahí vimos la presentación de Tango de Charly García y Pedro Aznar, con un amigo. Ese show estuvo buenísimo. A García fuimos a verlo al Luna Park en Piano Bar en el 85, después fuimos al Obras de Parte de la religión. Grandes conciertos. Lo seguíamos con un amigo a García.

¿Cuál fue el primer concierto que fuiste a ver?

A los 12 años fue. En el año 1982 García en Ferro. Yo quedé flasheado porque, ahora uno lo ve a la distancia con toda la tecnología que hay, pero en ese momento … Y aparte que estaba muy tiernito yo, lo había escuchado a Charly en Seru Giran. No sabía qué iba a escuchar. Fuimos medio de sopetón con un amigo, porque mi vieja no me quería dejar ir porque todavía estábamos en la salida de la Dictadura, y estaba brava la cosa porque, incluso, años después asumido Alfonsin la policía seguía con cierto resabio militar. Pero no pasó nada. Ya estaba más tranquilo en ese momento. Fuimos a ver a Charly a Ferro y fue una fiesta. Y después, un disco que me impactó mucho en ese momento fue Tiempos difíciles de Juan Carlos Baglietto. De ponerlo y escuchar esa puerta que se abría y toda una cosa contextualizada al momento que se estaba viviendo. Yo con mis 12 años sentí y veía toda la parte militar que uno venia viviendo, y yo creo que Baglietto fue algo groso porque esa puerta que se abría era … Todo el disco, aunque no hablara de lo que pasaba tenía que ver con una cuestión muy fuerte que se vivía en Argentina. El paso de la Dictadura a la Democracia.

¿Cómo recordás tu entrada a Zona Púrpura?

Fue lo primero más fuerte que me pasó. De tenerlo a Vadalá enfrente, de estar en una sala. Yo venía de tocar con mi banda “Los Pretendientes de la Corona”, pero era todo más light.

O sea que vos ya tenías tu banda

Si. Se llamaba Ariel Leira y Los Pretendientes de la Corona, que veníamos remándola desde el 86, 87. Después de que terminamos con El Colo, como que arme una banda y mantuve un poco ahí el Norte con ese grupo. Es una banda que cada tanto se arma. Teníamos temas, y el Mono se copó. Yo me acuerdo que le llevé un cassette y me decía “Vos sos el que hablás en el medio de los temas”. Fue algo lindo. Y después fue lo de Zona Púrpura, y fue bárbaro. Fuimos a grabar a Del Cielito. Estuvo Tweety González en la producción. Fue algo muy copado a los 22 años estar grabando al lado de Vadalá, Marcelo Muir, los chicos que me ayudaron mucho también ¿viste? Los chicos de Zona Púrpura me ayudaron a salir adelante, porque una cosa es cuando vos venís estudiando, vos podés tocar muy bien con un profesor, pero otra cosa es cuando tenés que salir a un ensayo. Yo llegué al ensayo, y la verdad es que no entendía nada, estaba como perdido. Y me ayudó mucho Vadalá. Igual, Guille tenia todos los arreglos en su cabeza y nos pasó todas las partes casi de todo lo que teníamos que tocar. Y fuimos a grabar a Del Cielito, un estudio que hay en Parque Leloir. Una semana nos quedamos ahí.

Sos co-autor de varios de los temas del disco: “El amor te pide” con Ricardo Verdirame, y con Vadalá “Hijos del rigor”, “Acto final” y “Dr. Feel”, que es la canción que bautizó el cd

Sí, porque como te decía antes, venía escribiendo, venía haciendo mis temas. Y me acuerdo que un día en la sala le mostré unos temas a Guille, le gustaron las letras, y “dame, vamos, escribamos” le dije y … Era un pibe, tenía 22 años, pero … en el tema “Dr. Feel”, vinieron los Illya Kuryaki & The Valderramas a cantar. Yo había escrito un rap que decía “Actriz barata / mantenida en formól / tu cara está arrugada / como un pantalón” y los pibes venían y decian “Actriz barata / mantenida en formól / tu cara está arrugada / como esta Nación”. Dante y Emmanuel que recién arrancaban. Mirá, fue una época muy próspera para mí porque yo de salir de estudiar, de haber estado estudiando desde los 13 años, y tocando con la banda, pasar a ese nivel fue una aventura.

Ese disco se grabó a comienzos de 1992

Sí señor. A comienzos del 92 porque era verano cuando fuimos. Y después empezamos a tocar mucho con Zona Púrpura. Éramos una banda muy comprometida con los ensayos. Ensayábamos de lunes a viernes. Ensayamos en la casa de Alejandro Barrera, el baterista. Nos juntábamos a la mañana y ensayábamos de 11 a 13 o 14, salíamos a comer unos asados a la vuelta que había una parrillita y volvíamos y seguíamos laburando hasta las 17, 18. Porque aparte ya estábamos trabajando sobre el disco, y era todos los días, todos los días. Yo me acuerdo que tomaba el bondi 141, porque ensayábamos en Floresta, con el Ensoniq. Recuerdo con mucho cariño esos días de ensayo y las noches de shows. Tocábamos mucho en un boliche que se llamaba Arpegios. Tocamos en La Plata, tocamos en Brandsen. La verdad es que fue una experiencia muy linda para mí.

¿Zona Púrpura abarcó el 92 y parte del 93?

Si, parte del 93. Se saca el disco, empiezan a haber cuestiones que tenían que ver con Guille. Porque Guille se había ido de la banda de Fito Páez para armar Zona Púrpura, pero en el medio del 92 y 93 medio que Guille empieza otra vez el tironeo con Fito y con la banda. Y Guille empezó a labura otra vez más seguido y después, bueno, Fito como que abarcó todo. Pero igual yo me fui antes de Zona Púrpura, antes de que se disolviera, después se fue también Marcelo Muir y entró Martín Porto. Un dia ellos tocaban en el Estadio Obras, porque había venido Living Colour, y por supuesto que fuimos a verlos con Tweety, estuvimos ahí. Y después nos fuimos a la casa de Marcela Chediak, percusionista y que era productora del sello Go Music que había hecho la producción ejecutiva del disco de Zona Púrpura, y cayeron los Living Colour porque en la casa tenían sala y estuvieron ahí tocando. Lo de Zona Púrpura fue una muy linda experiencia y aprendizaje.

¿Con Celeste Carballo empezás a tocar a partir de que salís de Zona Púrpura?

Y sí, porque me voy de Zona Púrpura un poco porque me iba a tocar con Celeste. Porque me llama Tweety diciéndome que Celeste no tenía tecladista. Y fui a tocar y quedé. Fue una linda experiencia con Celeste también. Ella estaba presentando su disco Chocolate inglés. Tocamos en el Auditorio Maxi, que vino Aznar. Primero lo tocamos en Prix D Ami, 1993. Una noche tocamos en Michelangelo pero tocábamos como en trasnoche, y era bárbaro porque estábamos todos bien vestidos, de 10. Yo me había comprado un pantalón de cuero, camisa de corazones. Salimos de gira, fuimos a Paraguay, después por el país: Rosario, Córdoba. Fuimos a lo de Susana Giménez, hicimos mucha tele. En ese momento estaba Juan Alberto Badia, también. Fuimos a tocar a su programa varias veces. Fue toda una movida craneada un poco por los productores; no mi entrada a la banda porque eso era aparte de lo que pasó después con el disco y con los temas, pero lo de Celeste se me dio de manera natural.

Además, Celeste apreciaba tus composiciones

Si! Ensayábamos en la calle Bartolomé Mitre. Me parece que ella se estaba separando en ese momento de Sandra. Celeste estaba con Chocolate inglés y había dejado atrás el dúo, y Mujer contra mujer, y estábamos en la misma sala en que ensayaba Sandra, con Marcelo Novati, Rano Sarbach … Fue buenísimo, porque íbamos a ensayar y después nos íbamos a jugar al futbol. Era una cosa muy linda. Y mientras ensayábamos en esa sala Celeste me decía “Ariel, tocá “Sin tu amor””. Le encantaba “Sin tu amor”. Y vos sabés que ella me da una sorpresa a mí en Prix D Ami porque me dijo “Vos preparalo”. Aparte venia Charly … Y estábamos esperando para tocar, dando vueltas por ahí, tratando de acordarnos las partes y toqué “Sin tu amor”. Y después ella hace como una introducción muy linda, y subió Charly. Fue muy buena Celeste conmigo en ese aspecto, de dar oportunidad. En Paraguay también; cuando le pintaba me decía “Tocalo” y yo lo tocaba. De hecho lo de Prix D Ami está grabado en algún lado. Cosas lindas de la vida que pasaron, dentro de un cuadro musical que le puede pasar a cualquiera dentro de cualquier rubro.

¿Cómo surge la realización de tu propio disco, el que sería Sin tu amor?

Estaba tocando con Celeste, y ya Tweety estaba interesado en mis canciones. Porque yo le había mostrado, en los baches de la grabación allá en Del Cielito, me decía “Tocá el tema este”. Le había gustado mucho “Sin tu amor”, le quedó grabado ese tema. Y después se lo mostró a Fabiana Cantilo y ella lo grabó, en el 93. Yo todavía estaba tocando con Celeste cuando lo grabó. A finales del 93 y principios del 94 ya me fui definitivamente de su banda porque me habían ofrecido grabar mi disco por el sello Polygram. Y me fui a la aventura de ser solista. Fui arriesgando siempre, como todo en la vida. 

Además que en esa época sacar un disco era algo importante

Si. Muy importante era sacar un disco. Nosotros la veníamos batallando con ese material, que después fue el de Sin tu amor, desde el 88, 89. Cinco años estuvimos tocando. Yo me acuerdo que iba siempre con tres o cuatro cassettes encima. Estaba como Taxi Driver. Y si veía la oportunidad de algo o de alguien importante los daba. Por supuesto que he dado millones de cassettes con los que nunca pasó nada. Era un demo con tres temas: “Sin tu amor”, “Hijos de la imaginación” y uno que se llamaba “Hansel y Gretel”, que nunca lo grabé pero que estaba bueno porque era una historia de amor de Hansel y Gretel pero terminaba para el orto (risas). Terminaban tirándose los turrones por la cabeza. Eso lo grababa en una porta estudio que tenía yo, una Tascam chiquita con un cassette, y una vez que lo grababa la Tascam lo pasaba a otro cassette. Una cosa así era el movimiento.

¿Cómo fue la grabación del disco?

El disco se grabó en varias partes; tuvo como tres partes. Primero se empezó grabando en donde podíamos. Porque me acuerdo que ensayábamos en la sala de Julián Gómez y Tweety venía con algún microfonito y microfoneaba. Después, Marcela Chediak, que era la novia de Tweety en ese momento, en su casa había armado un estudio. Creo que habían alquilado equipos al Toro Martinez con Marianito López. Instalaron un estudio móvil, y ahí hicimos el groso del disco. Después, como a los meses, nos fuimos a Rosario a grabar con Tweety y con Mariano tres o cuatro días al estudio de Jorge Llonch, y cuando nos vinimos para acá apareció la posibilidad firme del sello BMG, que estaba dirigido por Luis D´Artagnan en ese momento, y habían ofrecido 35.000 dólares para comprarle el master a Tweety, que era el productor. Y un día estábamos en una fiesta de MTV en Dr. Jekyll, el lugar que antes era Prix D Ami, y vamos al baño a mear con Tweety y estaba Pelo Aprile, en el baño también. En el mingitorio, Pelo Aprile, Tweety y yo. Y Pelo le dice “Che Tweety ¿Cuánto te dan por Ariel los de BMG?”, y Tweety dice “35”. “Bueno. Yo te doy 50” le dice. “Bueno, cerramos trato”, “Listo. ¿Cerramos?” “Listo. El lunes nos vemos en la oficina”. Meando pasó todo esto. Asi fue, una cosa … (risas). Siempre en los baños; me pasó lo mismo en Mar del Plata. En el Festival Internacional de la Canción en 1995, yo ya había tocado al principio y estaban cantando Arjona, después venia Sabina, y estoy en el baño y entra Juan Maggi, mi manager, y me dice “¡Vení, vení que vas a cantar con Mercedes Sosa ahora!”. “¡Pará que estoy meando!” (risas). Unas cosas raras pero lindas. Volviendo al disco, fue una linda experiencia la grabación, y después nos fuimos al estudio El Pie, porque se estaba inaugurando, y pusieron plata de Polygram para que lo terminemos bien. Ahí vino a grabar Celeste. Fue una odisea y mucho laburo. Yo había estado demeando acá con Fernando Petrarca mucho tiempo, y te digo que el 70 % del disco lo llevamos armado. Por supuesto que trabajamos mucho con sampler con Tweety. El tenia todos los samplers acá, que eran buena ferretería lo que tenía Tweety siempre. Iba a la casa de él a laburar, venía a casa. Una confraternidad, salíamos mucho. Vivimos mucho la noche de esos años, viéndolo a Spinetta tocar en El Codo, yendo a una fiesta en Los Arcos, yendo al Roxy de Comgreso. Después apareció Claudita Puyó y tocando con ella.

En ese momento tuvo una campaña de promoción tu disco. Y creo recordar que hubo un video clip de “Sin tu amor”

Si. Hicimos dos video clips: uno fue “Desde siempre” con Celeste y el otro “Sin tu amor” que en ese momento no llegó a salir porque eran muchos personajes y podía haber quilombo con los derechos. Se hicieron dos videos, hubo mucha guita, pero eso fue lo que al final llevó a que me dijera hace un año atrás o un poco más en un chat con el periodista Martín Pérez, que se tomó en aquel momento la molestia de dedicarme una página en el diario Página 12 hablando con ironía del disco y bardeándolo, hoy me reconoce que en ese momento pensaban que yo era un invento. Encima con Tweety, que quiso que toque la batería Daniel Colombres; es más yo tuve discusiones con un batero amigo porque quedó afuera del disco y no pude hacer nada, y me sentí como el orto. Hoy si me pasa una cosa así no dejaría, pero en ese momento Tweety, que había entrado como Director de la Orquesta para el disco, quiso que toque el Negro Colombres, y quiso que toque Nico Cotta y Vadalá. Entonces claro; la gente habrá dicho “Este tipo canta parecido a Fito Páez” … Entonces se torna todo como una gran mentira. Ahora en la adultez me doy cuenta pero en ese momento no entendía porque había tanta maldad digamos en un punto ¿viste? Porque si tocaba a la noche en el programa de Tinelli al otro día Pergolini me estaba pisando el disco, poniéndolo en la radio ante un montón de gente

También habría que ver si la compañía no buscaba tener con vos a “su” Fito Páez para repetir el éxito de Fito que en ese momento estaba en un punto muy alto, y no te presentó así ante los medios

Puede ser … No creo que ... Vos ponete a pensar, la compañía, que era Pelo Aprile, me hace firmar el contrato en Polygram. Yo venía de grabar un tema con Fabiana Cantilo, que era la carta que tenía Tweety para negociar con Pelo Aprile, porque acá el productor era Tweety, yo era el artista que venía atrás, siempre riéndome de todo, pero el que tenía el disco era Tweety que era el que lo iba a negociar con el tipo de la compañía. Y fue piola porque hizo un buen camino conmigo; primero me hizo la gamba para que toque con Celeste en la banda, después le mostró “Sin tu amor” a Fabiana Cantilo, y después Pelo Aprile. La que compró Pelo fue buena: “Ariel Leyra, autor y compositor”. Es este pibe que canta. ¿Se parece a Fito? Bueno, en algunos temas … Entonces, a la distancia, yo puedo analizar, que el periodismo o parte del periodismo, la gente, los programas de televisión … Cosas de las que antes la gente se cagaba de risa y vos decís “Mirá de las cosas que nos reíamos ¡Lo malo que era!” ¡Como puede ser, loco! Si en Estados Unidos estaban haciendo “El Padrino” nosotros estábamos acá con Pepito Pepón. ¡Estábamos detenidos en el tiempo! Y eso tiró para atrás.

¿De dónde salió la canción “Sin tu amor”? La inspiración para el tema, para la letra. ¿Te acordás cómo la compusiste, y si cuando la hiciste intuiste que iba a ser un tema tan especial?

Estaba en una pieza en mi casa, y estaba con el piano. Tenía 18 años. Puedo recordar que fue en dos o tres días, pero fue una canción más bien de investigación. Fue la idea lo más lindo, lo que se me ocurrió en ese momento. Y empecé a investigar. Me acuerdo que una amiga de mi vieja, que me decía “Tal con tal. Fijate Aurore Dupin, que esa es buena que se vestía de hombre”. Fue hilvanando ¿viste? Porque el tema no es una cosa poética, pero me dijo el Padre Cesar que hay una parte que tiene que ver, no me acuerdo ahora, con qué santo. Que dice “que amar es morir / que morir es poder / y poder expresarme es también / morir pero de pie”. Él lo veía como algo místico ¿no?

En tu canal de You Tube hay una versión renovada que hicieron hace un año con el cantante y productor argentino radicado en España Marcelo Russo

Si. Marcelo Russo, un gran artista pero lamentablemente quedó trunco el proyecto porque nos confundimos un poco los dos. Pero más allá de eso está buena la versión. Yo me calenté un poco, pero quedó una linda versión. Me gustaría hacer una versión de “Sin tu amor”, pero en inglés cantado por una chica.

Y otro tema: “Él se cansó (Soldado y granadero)”. Lindo tema, aunque triste, y que mucha gente también lo tiene entre sus preferidos de tu primer disco

Si, muy loco, Seba. A mí me da un poco de cosa contar esto porque, le habrá pasado a un montón de autores y compositores, pero muy loco porque el tema sucedió en 20 minutos. Yo tocando y escribiendo, y llorando. A medida que iban pasando las estrofas que iba escribiendo, y que prácticamente quedaron, sacando alguna boludez pero quedó todo, yo lloraba. Fue una cosa muy impactante. No lo cuento nunca porque, le habrá pasado a un montón de gente quizás, pero me impacta recordarlo ¿viste? Vos sabés que años después, no muchos eh, yo paseaba el perro que teníamos y encuentro unas cartas tiradas. Abiertas, pero en buen estado. Abiertas como si estuvieran leídas. Y las agarré y me las traje. Deben estar por ahí todavía. Y me puse a leer las cartas, y eran de un soldado que estaba en el sur haciendo el Servicio Militar. No sé si específicamente de Malvinas, pero sí le escribía a su novia de acá estas cartas reales. Pero fíjate vos que después en el tiempo lo que pasa con Tinelli cuando pone el tema y dice que es el soldado Carrasco. Cómo es cierta parte del periodismo que dice “Uh, mirá justo el tema es del pibe este”. Y yo no escribí pensando en nadie el tema, pero qué bueno que se haya tomado para el tema del soldado Carrasco. O sea, mi hijo ahora está en el Ejército de Israel y el otro día me mandó un video cantando el tema. Es una cosa que la vida … Dios adelante ¿viste?

Fue en ese mismo año, 1994, que Mercedes Sosa graba “Por un solo gesto de amor”, de tu autoría, y llama a su disco Gestos de amor

También ¿viste? Lo de Mercedes llegó por medio de la compañía. Tanto mi disco como Gestos de amor salieron por Polygram. Vos sabés que año tras año cada obra en la que participó Mercedes toma una dimensión mayor. Noto que cada año lo cantan más el tema, escucho en You Tube versiones de todas partes del mundo; Republica Dominicana, no sé si de Estados Unidos también. Y bueno, fue una … el rock siempre tuvo esa cosa de delirio pero a la vez de cultura fuerte, de una cosa cultural muy fuerte. Porque en tres minutos puede cambiar la vida de una persona; en una hora y media que vos te metiste a ver una obra de teatro puede cambiar tu vida porque vos decís “Mirá, el tipo este en un momento de la obra se separa y pasa esto” y pensar “Yo estoy mal en mi vida. Me voy a separar porque esto no da para más”. Alesso decía eso “si el arte no rebela …” Vas a ver una comedia, te cagaste de risa un rato. Ahora, si ves El Padrino y está Al Pacino siempre calladito la boca, o lo ves a Brando, decís “Bueno, la verdad que estos tipos tienen un don especial para estar ahí parados con 400 tipos alrededor sin perder concentración”. Es muy difícil.

¿Cómo fue el periodo de conciertos presentando Sin tu amor?

Fuimos a tocar al Festival Internacional de la Canción en Mar del Plata en 1995. Y no tuvo presentación oficial Sin tu amor; en La Trastienda fue como la oficial del video. Ahí presentamos el video clip que habíamos ido a grabar a Uruguay, pero no lo pudimos pasar en ningún lado por los derechos, porque estaba Evita, Dalí, que se yo. Bah “estaban”, los habíamos puesto nosotros no es que habían venido a participar (risas). Fuimos a Carmelo a grabarlo con Tweety, Juan Maggi. En barco, la pasamos bien todo el día, nos atendieron hermoso, grabamos un video hermoso. No me acuerdo cómo se llamaba quién lo hizo; Pablo seguro. Después, tocamos en vivo. Fuimos a hacer prensa a Córdoba, Rosario, Santa Fé. Fuimos al programa de Tinelli “Ritmo de la Noche”. Horario central, antes de Xuxa fuimos. ¡Fuimos teloneros de Xuxa! (risas)

En ese momento un artista editaba un disco por año o a lo sumo cada dos años. ¿Por qué siendo un artista nuevo pasó tanto tiempo hasta tu siguiente trabajo?

No. Te explico lo que pasó. Ante tanto revuelo, porque al final se armó un revuelo conmigo en ese momento con las comparaciones con Fito, cómo era como compositor y todo lo que pasaba, Adrián Muscari, que era el Director Artístico de Polygram, me dice “Vamos a grabar el segundo disco a Estudios Ion”. Y nos fuimos a Ion en 1997. Nos metimos un mes a grabar el disco ahí, íbamos todos los días. Y grabamos lo que se iba a llamar Ultravapor, que tenía el nombre de un tema de Zona Púrpura, pero como Zona Púrpura no lo había usado yo hablé con Guillermo Vadalá y se vinieron a Ion y lo grabamos. Temazo de Guille y yo le puse la letra. Tenemos el disco, 14 o 15 temas. Terminamos, Adrian Muscari ya tenía el master del disco, y aparece en el medio Jorge Álvarez, el mítico productor. Decía “No, que a este chico lo van a volver a quemar si graba este tema porque es un gran compositor pero quiero ver, escuchar …” . Y Álvarez, que era muy amigo de Pelo Aprile, logra que me devuelvan el contrato. Igual, habíamos vendido pocos discos, a mi toda la prensa maligna me quitó el salario mal. Y Álvarez me dice “Vamos a Miami”, y se hace casi el 98. En ese ida y vuelta “que lo van a quemar a este pibe otra vez”, y antes de viajar Álvarez regraba tres canciones del disco; una que se llama “Nada que me sorprenda más”, otra que se llama “De haber sido vos” y la otra “Nunca intenté conquistar”. Los graba en Miami con músicos de allá en Criteria Studios producido por Lester Mendez, que laburaba en el sello Maverick. Yo fui y grabé las voces. Volvimos y empezó un calvario, porque a finales del 98 yo volví de Miami contento, pensando que en el 99 salía el disco y se reanudaba todo más o menos normalmente con alguien que me encausara un poco la carrera; estaba Jorge Álvarez atrás y de su mano se suponía que se iba a editar en España, Miami. Gente grosa otra vez, porque uno siempre busca trabajar con gente grosa que pueda darle más arte al arte tuyo, si vienen para restar … Es el 99; enero, febrero, marzo, abril, mayo, junio y no pasaba nada “No, quédate tranquilo que ya vamos a ver qué hacemos” decía Álvarez. Pasó todo el 99 y se hizo el 2000. No lo encontraba al gallego ni en Miami, ni en Madrid. No era como ahora que hay whatsapp, en ese momento yo llamaba desde mi casa con una tarjeta a Madrid. Me levantaba a las 3 de la mañana para engancharlo allá a las 9 de la mañana. Jorge Álvarez nunca más apareció. Él tenía esos tres temas y Muscari todo el disco de Ion. Y yo le digo “Muscari, aunque sea dame cinco temas y yo voy a grabar otros diez temas pagándome yo el estudio”, porque no pasaba nada. De Johny Tolengo pasé al enano Polvorita sin escalas. Una cosa de locos. Eso tiene que ver con el riesgo de la vida, todo eso que uno va haciendo en la inconsciencia. Y Muscari me dio cinco temas y yo me fui a grabar Solicitada a un estudio. Por eso te digo que Solicitada también fue una cosa muy fuerte porque mucha gente captó que había sido el segundo disco y lo tiene como al nivel de Sin tu amor. Con otra producción pero los temas son potentes. En el 2000 arranqué y le puse todos los cañones a Solicitada. Hice 300 discos y los vendía en los recitales. Me entregué a ser artista independiente. Lo presentamos en la Asociación Bancaria, hicimos una serie de conciertos ahí también con Birabent y Claudia Puyó. Después me vino a buscar el que era socio del estudio de Alejandro Lerner, que no me acuerdo el nombre, para producir el disco de Valeria Lynch. Le dije “Dejame pensarlo una semana”. Volví y le dije “Mirá, sabés qué estaría bueno que Valeria haga: un disco de standards de jazz traducidos al castellano”. Me dijo que era una buena idea y que iba a ver. Después no me llamó más y al final hicieron un disco de todo lo contrario, hicieron un disco como de bailanta.  Pero ¿sabés de donde llegó el salvataje? De Paraguay, porque me había ido con mi ex mujer a España y nos llaman para tocar en Paraguay, y tocamos, ganamos unos pesos y con eso nos volvimos a España y nos quedamos un tiempo más allá durante los primeros meses del 2001.

¿Cómo siguió tu carrera cuando volviste?

El 2001 estuvo bueno pero en el 2002 empezó una parte difícil ¿viste? Porque no había nadie alrededor. Nada, porque no tenía estructura. Era, como es siempre y como sigue siendo siempre; con los músicos. Nosotros entre los músicos aliados para hacer recitales. Aparte que empezó una debacle; 1997, 1998 empezó una debacle musical feroz. Se cayó la industria de la música. Tremendo.

Tu otra faceta artística, la actuación ¿Cuándo empezó?

No había estudiado nunca, era una cosa pendiente que tenía desde siempre por un prejuicio de que no podía mezclar la música con la actuación. Un día me animé y fui. Fue en 1996, hice el primer año con Agustín Alezzo. Los dos primeros años los daba Lizardo Laphitz, que es mi profesor de teatro ahora, y después tercero y cuarto los daba Alezzo. Me metí y pasaron cosas maravillosas, después pasaron cinco o seis años y volví a otro lugar en donde estaba Agustín también a hacer con ellos. Hicimos obras en el teatro El Duende.

Tu tercer disco se llamó Todo Cool, de 2005

Por medio de Flavio Di Francesco que la verdad que puso un montón de guita para esa producción y yo le agradezco mucho. Fue un delirio hermoso. Yo estaba separado de la mamá de mi hijo. Estaba triste, me tomaba el tren y parecía Rolando Rivas, era una cosa … pero así y todo hice el disco. Fue bárbara la grabación, yo le agradezco a Daniel Garcia que nos abrió las puertas del estudio MTT para la grabación y la mezcla. Fernando Bramati, el ingeniero de grabación era un fenómeno, muy buen ingeniero. Un día estábamos en el estudio y Eduardo Del Oro, un productor, nos dice “Mañana van a venir a grabar en uno de los temas el grupo mexicano Molotov”. Y dijimos “Buenísimo. Que buena onda”. Entonces caen los Molotov al estudio y fue una sensación muy desagradable para mí. Cuando llegó el momento de grabar “Strike” dos de ellos bardearon en las tomas y dijeron muchas barbaridades. Quedó como algo divertido para el que lo escucha, pero para el que estuvo ahí no era lo que nosotros queríamos que hagan. Después Eduardo sacó una cinta con un tema de ellos y se pusieron a grabar ellos. Una cosa muy tirada de los pelos.

¿Cómo fue la presentación en vivo de Todo cool?

Fuimos a tocar a Pinamar porque Flavio tenía el teatro El Ojo de las Artes en Pinamar. Yo lo recuerdo con mucho cariño a pesar de que a veces estoy un poco enojado porque me dejaron muy tirado también. Hicimos unos conciertos … yo soy muy detallista y a veces me daba cuenta de que mostraban la hilacha en algún momento y salía corriendo.

El disco tiene mucha variedad de estilos

Si, quedó como un cocoliche. Es para sentarte y digerirlo, tiene algunas cosas interesantes, algunas cosas cómicas, como la canción “Je suis”. Está el tema “Amanece” que se despegó de ese disco, es como el “Sin tu amor” del primer disco.  “Amanece” lo adoptó mucho la gente, porque me escriben, me mandan mensajes y me lo comentan. “Besos” también le gustó a la gente. Con respecto a los cds de Todo cool, cuando fui a buscar las réplicas a pagarlos con mi plata porque el productor los había dejado ahí y nunca más los retiró ¿Me explico cómo fue la movida? El productor tenia que pagar para retirar los discos, los dejó ahí, y digo “los voy a buscar, me los quedo para mí y los vendo en los shows”. Fui con plata para buscar los discos que habían quedado, que serían unos 2000, 3000 discos, llego y me encuentro con la noticia de que habían pasado por la trituradora. Así me lo dijeron. Las compañías cuando hacen y después no garpan los trituran a los discos. Y me fui cabizbajo.

En los años siguientes te dedicás más  de lleno a tu parte actoral. Tengo presente Tita, Una vida en tiempo de tango en el Teatro Metropolitan en 2011, Frida, entre lo absurdo y lo fugaz en el Teatro La Comedia en 2013, Discépolo y Perón. Un solo corazón en La Botica del Angel, Salvador, Una fantasía real ópera rock protagonizada, escrita y dirigida por vos en 2017, entre otras.

Después de Todo cool fue un quilombo mi vida, la verdad. Porque me separé, estuve viviendo en Mar del Plata, fui, vine. Me puse otra vez a estudiar teatro y retomé la actividad en 2007. Y hago Tita, Una vida en tiempo de tango con Nacha Guevara, yo hacía de Hugo Del Carril. Muy lindo recuerdo, y un laburo que te digo sinceramente no sé si lo podría volver a hacer ya. Ya tocar un poco el piano me cansa. Me gustaría escribir, dedicarme a escribir.

En esa obra no tocabas, actuabas y cantabas

Había varios personajes que eran lindos; la escena en la que el director entraba y decía “¡Corten!” que estaban Sandrini con Stella Maris Faggiano “No querida, así no” le decía el director. La piba era un desastre, un cascote (risas). Cuando hicimos el primer ensayo, en la calle Perón en el gimnasio, ellos hicieron la escenografía con Negrin que aparte es arquitecto, estaba la maqueta con los personajes, y se hizo una leída de la obra con los muñequitos para ver cómo nos íbamos a mover. Y en ese momento, el productor de ahí del Paseo La Plaza empezó a correr el rumor de que una vez puesta la obra iba a ir a Broadway. Y la verdad que todo el elenco tuvo esa expectativa siempre. Incluso cuando se renovó después de tres meses, porque el teatro es así vas tres meses y después tres meses más y todos decíamos “¡Vamos!”. Todos con laburo ¿viste? Para mi lo de Nacha fue como el broche de oro después de tantos años de estudio con Alesso; la misma noche que estuvo Alesso en la sala también estuvo Claudita Puyó y fue muy emocionante.

Después vino lo de Frida Kahlo, que hacer a Diego Rivera también me gustó mucho. Fue en 2013, en el Teatro La Comedia, con Carla Liguori al mando de todo. Una chica con mucho talento. Y bueno, hacer a Diego Rivera que era el prototipo del machista ¿no?

Y finalmente llegó tu cuarto disco

Si. En 2018 llegó Mundo sin cartel, ahora tenemos casi cocinado Índigo. Ya está grabado. La verdad que laburamos todo el tiempo a pesar de todo: “Te mando el track, a ver”, “Mandame la voz”, “No me la mandaste”, “Pará te la grabo”. Grabamos mucho en la pandemia, la verdad. No creo que sea con la misma desesperación de los músicos del Titanic porque pobre gente, no sé si fue todo tan poético. Pero si sentía yo y sentí, y aun siento cuando vuelvo a ver los videos grabados desde acá; yo me ponía la vincha “Vamos a hacerlo bien”, decía. Entonces o´clock aparecía, trataba de ser puntual, me preparaba y disparaba de acá y yo sentía que a la gente le hacia bien ¿viste? Entonces era cada sábado que pasaba, y yo le agradecía a Dios llegar a otro sábado para sentir que la gente estaba del otro lado viendo. Era para mí, para mantenerme yo vivo, y en cuanto me di cuenta que también estaba haciendo bien era un ida y vuelta. Como todo, como un recital. Un recital no es el artista; es el artista o el actor más la gente. Porque si vos estás actuando y estás concentrado y sentís que algunos en la platea se dispersan, se paran, digo “¡Que cagada que no estoy llegándole!”

¿Cómo fue la presentación oficial de Mundo sin cartel?

Lo presentamos en el Teatro Del Globo en agosto de 2018 con la banda de ese momento: Hernán Sarubbi, Ale Savino, Andrés Loiácono, Chibi Sil y Ale Piedis. Ahora vamos a ver de rescatar los videos, Paco Giudice vino a grabarlo con Ernesto Marzorati. Está tomado en vivo ese concierto. Está tomado a dos cámaras el show y está bueno. Subí “Cansado de ver” a Facebook.

Y ahora se viene el concierto en Café Berlín, una fecha compartida con el dúo de Miguel Krochik y Carlos Damiano. ¿Cómo surgió esa unión?

Miguel aparece en un momento de mi vida muy complicado con mi madre internada. Y fue un sostén muy importante para mí en ese momento, lo que lo hizo un amigo instantáneo, porque mientras mi vieja estaba haciendo una resonancia yo recibía un tema de Miguel y lloraba ahí abajo y él me calmó. Entonces, más allá de que yo a veces soy medio cabrón o me enojo y todo, él es como un hermano mayor. Y aparte tiene unos temazos, o sea que está retomando su carrera con muy buenas canciones porque la obra buena no pasa de moda. No es un pantalón Oxford, es algo más serio. Más serio de lo que el artista en su andar y en su decir “que linda canción”, pasa, transcurre. Mirá Van Gogh, Frida Kahlo, y un montón de artistas así.

¿Lo que vas a presentar vos con tu banda este martes es lo que usualmente tocan?

Si. La banda, que me encantaría nombrar: Gustavo Glusman en batería, Andrés Dulcet en bajo, Rodrigo Aberastegui en guitarra y voz, Fernando Petrarca en guitarra y voz y Verónica Costa en voces. No tengo palabras, primero que están por la música y eso me da una honra muy grande y yo lo sé que no hay un interés económico porque no lo doy. Entonces sentir que podemos compartir unos ensayos y sentir que podemos compartir próximamente un show es algo maravilloso y que requiere la dedicación que le estamos poniendo al repertorio. Estamos tocando una versión muy copada de “María, María”, también un adelanto de Índigo que se llama “Estás loco”. Estamos tocando un tema nuevo que se llama “Tu don” que la letra dice “Bebe tu don / renuévate en él / enaltece tu alma / ofrécele tu voz / sediento de don / búscalo en tu sangre / Merécelo, aliéntalo otra vez / Libéralo de sombras / invítalo a volar / Despierta tus células / Búscalo en tu alma / En los jardines de tu corazón está tu don / Donde te habita la fascinación está tu don / Cuando de chico usabas de micrófono el cable del ventilador / ahí estaba tu don” Y bueno, acá estamos probándonos otra vez. Está bueno tocar, como uno pueda, como uno llegue al lugar, con lo que haya. Mostrar tu arte, mostrar tu vena, mostrar tu esencia lo más que puedas ahí arriba del escenario en donde no hay lugar para tapar. Por eso es tan sensible el escenario cuando lo pisas ¿viste? El que pisa un escenario, esté acostumbrado o no; dice “acá voy a caminar, acá va a pasar algo”. Va a ser lo que tu imaginación quiera que sea.

 

Sebastián Matatagui


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