SOBREDOSIS DE SODA: RETRATO DE ÍDOLOS

 


Viajemos en el tiempo. Es 20 de septiembre de 2007. Gustavo Cerati, Zeta Bosio y Charly Alberti dan una conferencia de prensa en la mítica discoteca Museum (ahí en donde se filmó el video clip de “La ciudad de la furia”) oficializando el regreso de Soda Stereo para la gira Me verás volver la que se concretaría entre el 19 de octubre y el 21 de diciembre de ese año para abarcar Latinoamérica y parte de Estados Unidos.

“El hecho de que Soda Stereo provoque tanto revuelo tiene que ver con algo ¿no? Algo no se está moviendo lo suficiente” es parte de la respuesta que Gustavo le dio a un periodista de un medio venezolano que le preguntaba por su apreciación de la actualidad del rock nacional.

Muchos años pasaron y hoy, con Gustavo Cerati en otro plano pero sin dejar de estar presente, sus palabras potencian su significado. Basta ver la cartelera que ofrece bandas tributo a Soda a nivel latinoamericano. En Argentina un festival como el CERAXTI, que organiza recitales solidarios con la presencia de numerosas bandas que hacen el repertorio de Soda y en algunas ocasiones especiales Gustavo solista, lleva ya 11 años desde su primer evento.

También podemos mencionar la gira encabezada por Zeta Bosio y Charly Alberti denominada Gracias Totales Soda Stereo, comenzada en Colombia días antes de que se desatara la pandemia y que, sin que haya habido un anuncio oficial de conclusión, tuvo hasta el momento su último show en Panamá el 2 de junio del año pasado.

Es claro que la música de Soda Stereo sigue muy viva y con amplia convocatoria.

Mariano Albergoli, cantante y guitarrista, tenía 8 años cuando le regalaron el cassette de “Signos”, tercer y consagratorio trabajo del trio. Y seguramente fue una revelación el haber podido ver en vivo a Virus en el Velódromo Municipal de Buenos Aires el 5 de marzo de 1988; algo determinante en su futura vida de músico. Allí estaba en guitarra Daniel Sbarra, amigo de la familia y su profesor del instrumento.

En 1992 vio a Soda presentando “Dynamo” en Obras.

Bien entrados los 90 comenzó en Argentina el auge de las bandas tributo. Así fue como Mariano vio a The Beats lo que marcó definitivamente su camino; quería rendir homenaje al grupo que tanto lo había conmovido desde chico y él asumiría el rol del músico al que imitó siguiendo cada uno de sus movimientos.

En 2003 comenzó clases de canto y tras un tiempo de preparación, el 19 de octubre de 2005 debutó Sobredosis de Soda. Se resaltaba el aire ceratiano tanto en el aspecto físico como en el color vocal de Mariano.

El mal trago de no haber ido a ver El Último Concierto en 1997 se contrarrestó cuando diez años después, contra todo lo previsible, se hizo realidad el regreso de Cerati, Zeta y Charly en un imponente tour por buena parte de América, que sólo en Argentina los llevó a llenar seis veces el estadio de River Plate y una vez el Chateau Carreras, actual Estadio Mario Alberto Kempres, de la provincia de Córdoba.

En 2009 Mariano fue parte del elenco que actuó en el video del tema “Rapto”, segundo y último de los clips que se publicaron promocionando “Fuerza Natural”, el que sería el último disco de estudio de Gustavo Cerati. Cuenta Mariano que esa gran experiencia también le permitió compartir una inolvidable charla con su ídolo.

En 2015 tocó en una zapada junto con Zeta, Fabián “Vön” Quintiero (quien fue tecladista de Soda a mediados de los 80 y su foto aparece como cuarto integrante en el sobre interno de “Nada personal”) y Simón Bosio.

Para ese entonces Sobredosis de Soda acariciaba la década de existencia con su propuesta de representar la música y la escena del trio cuidando cada detalle, con mucho ensayo, con una apropiada puesta de luces y sonido, y un set list que diera al público los grandes hits, pero también agregando algunos “lados B”.

Entre 2006 y 2009 recorrieron la Argentina, y en 2010 empezaron los viajes internacionales con presentaciones en Honduras, Ecuador y Colombia.

Lugares como el Samsung Studio (último espacio en donde tocó Cerati en Buenos Aires), Teatro Vorterix, La Trastienda fueron escenarios y testigos del ascendente éxito del grupo que aspiraba a llevar de manera fidedigna el vivo de un repertorio que ya se había vuelto clásico.

El 11 de noviembre de 2016 tocaron por primera vez en el Teatro Gran Rex, el coliseo más grande de Buenos Aires y que cuenta con un gran historial sodero (ahí Soda tuvo en su momento un record de presentaciones, se grabó el maxi “Rex Mix” y presentaron “Sueño Stereo”). Repitieron la experiencia en 2017 y 2018.

Entre 2018 y 2019 hicieron la gira internacional Un viaje en el tiempo tour ofreciendo 140 conciertos en 55 ciudades en donde los vieron más de 100.000 personas, incluyendo Colombia, Chile, República Dominicana, México, Uruguay, Paraguay, Ecuador, Honduras, Perú y España.

Paralelamente, en 2019, dieron un show especial homenajeando la trayectoria solista de Cerati en el Teatro Vorterix.

El 28 de diciembre tocaron junto a El Último Sol, Reversión y El Cuarto Soda en el Parque Centenario en la edición especial del festival CERAXTI dedicada a celebrar los 10 años de la publicación del disco “Fuerza Natural”.

En 2020, cuando se empezaban a reabrir las posibilidades de tocar en plena pandemia hicieron un show en Mandarine Park para espectadores que vieron el concierto desde sus autos.

En 2021 giran por el país presentando el espectáculo Todo volverá a ser como fue. El 22 de octubre tocaron en el Estadio Obras Sanitarias, otro lugar que fue escenario de presentaciones claves en la historia de Soda.

En 2022 iniciaron el tour Al calor de las masas que se prolonga hasta la actualidad y que ya pasó por Chile, Colombia, Perú, República Dominicana, Costa Rica, Guatemala, El Salvador, Uruguay, México y Argentina.




El pasado 6 de marzo tuvieron otra actuación iniciática en un lugar importante dentro de las salas históricas de Buenos Aires. Presentaron su espectáculo Recuerdos del futuro en el Teatro Coliseo ante un masivo público con sed de sobredosis sodera que llegó desafiando el mal clima y el frio.

Fue también mi primer show completo de Sobredosis de Soda. Hasta el momento sólo había visto su set dentro del homenaje al último trabajo de Cerati en el Parque Centenario un par de días antes de que se fuera el 2019.

Esta noche los músicos, Mariano Albergoli en voz y guitarra, Ezequiel Pérez Casas en batería, Julio Cesar Di Liscia en bajo y coros, y como invitado especial, casi oculto porque la luz no lo exponía, Rocco Aguado en teclado y coros, estaban respaldados por una escenografía de luces que variaban según los diversos climas del show. Seis filas de tubos fluorescentes ubicados de manera horizontal al fondo y cinco columnas verticales de pantallas LED un poco más adelante. Un sonido fuerte pero claro y una lista que abarcaría casi todos los trabajos del trio exceptuando los maxis y las novedades de Comfort y música para volar.





Empezaron con “La ciudad de la furia” y ya era claro lo fidedigno de la propuesta. El entusiasmo de la gente también tuvo su lugar dentro del primer tema, haciendo palmas, cantando el estribillo y completando el grito que hace Mariano; “Y Gustavo es … PARTE DE TODO”.

Siguieron con “Hombre al agua” y “(En) El Séptimo día” del disco Canción animal de 1990.

Continua “El Rito” de Signos, para volver al disco que inauguró la segunda década que atravesó Soda y hacer el tema que bautiza ese lp, composición de Cerati y Daniel Melero, “Canción animal”. La voz de Albergoli se acerca muchísimo a la de Gustavo. En algún momento, fugazmente en algún coro noté que algunos agudos se complicaban más, pero en general su potencial y la justeza y calidad de la banda redundan en una gran performance.

 Los temas se sucedían prácticamente sin pausa. Hubo un saludo a la audiencia en el cual se evocó a Cerati. Tan fuerte es su figura incluso en un show dedicado en su totalidad al trio, sin versiones de él solista.



La década más actual, probado está, es la de los 80. Tiempo signado por Soda, naturalmente, así es que visitan por primera vez en la noche el segundo disco y hacen “Juego de seducción” y arremeten con “Signos” antecedido por una inundación de luces laser verde mientras guitarra y los sonidos disparados por Rocco hacen la intro.

El ida y vuelta en el set list, paseándose por las distintas épocas, distingue los cambios y la evolución en el sonido que proponía Soda pero de ninguna manera una baja en la calidad. Cada etapa tiene lo suyo y nunca faltaron letras interesantes, entramados musicales que aun hoy merecen ser escuchados y valorados apropiadamente (caso de Dynamo, Rex Mix, Sueño Stereo). Lo vimos planteado por el propio grupo en 2007, y en un espectáculo como este lo volvemos a notar.

Tocan “Zoom” y se ubican en el inicio de “Doble vida” para ofrecer “Pic nic en el 4º b”.

Si había fans del trabajo homónimo del grupo, es decir el primero de 1984, este sería su momento. Hicieron un medley con los temas “Tele-Ka”, “Ni un segundo”, “El tiempo es dinero”, “Mi novia tiene bíceps” y “Dietético”.

Los sonidos norteños; charangos, quenas, desembocan en “Cuando pase el temblor”, por supuesto con un amplio coro del público.


Luego volvieron al primer disco, pero en este caso para hacer dos temas completos: “Trátame suavemente”, en su transcurso el cantante hizo un guiño a Virus diciendo “Me puedo programar”, y el explosivo “Sobredosis de TV” con muchos dibujos de antiguos aparatos televisivos que aparecieron en los LEDs.

Momento de apreciar un tema que forma parte del disco grabado en New York en 1988, “En el borde”. Una gran canción que no es de las más difundidas.


A pedido del cantante y guitarrista el ambiente se ilumina con las luces de los celulares y tocan el emotivo “Té para tres”, con el punteo de “Cementerio club” de Luis Alberto Spinetta, tal como hicieron los Soda en el MTV Plugged de 1996.

Vuelven al disco de 1995 y hacen “Ella usó mi cabeza como un revolver”. Después viajan a 1988 para tocar “Lo que sangra (La Cúpula)”, para después transitar las aguas de Dynamo con el estridente “En remolinos”. Regresan a “Doble vida” y hacen uno de los mayores clásicos de ese disco y de Soda (de las favoritas de Cerati dentro de sus composiciones), el tema inspirado por la obra de Edgar Allan Poe “Corazón delator”.




Las percusiones inconfundibles anuncian “Persiana americana”, otro clásico de los 80 en toda Latinoamérica. También se vislumbra que entramos en la última parte del concierto. Todos arriba. Muchos celulares, mucho coro al unísono y brazos marcando compases y climax en un tema invencible.

Esta parte se asemejó mucho a la gira Me verás volver, con “Un millón de años luz” y “De música ligera” uno pegado al otro y la sala enfervorizada.

Presentación de los músicos y vuelta a “Canción animal” con “Cae el sol” y la coda evocando el “Here comes the sun” del beatle George.

Y el desenlace nos guio nuevamente a mediados de los 80; los primeros tres discos en orden inverso: “Prófugos” de “Signos” (1986), “Nada personal” del disco homónimo (1985) y “Te hacen falta vitaminas” / “¿Por qué no puedo ser del jet set?” de “Soda Stereo (1984). El primero en versión 2007 y el segundo evocando a la versión de “Ruido blanco” de 1987, en donde publicaron ese medley.

Gran espectáculo, por la calidad musical, la puesta en escena de luces y sonido, y lo que generan en la audiencia nostálgica de un pasado mucho mejor. Queda demostrado el interés que sigue habiendo por Soda Stereo, por Gustavo Cerati, por los 80. Por una época única y central.

 

Muchas gracias Gabriel Imparato.

 


Fotos, informe y crónica: Sebastián Matatagui


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