ALEJANDRO MEDINA: “Hay que refugiarse en las cosas buenas”


No existe patrón para representar la cantidad de música que tocaron las manos y entonó la garganta de Alejandro Medina en una trayectoria que atravesó y superó las cinco décadas, y contando.

Virtuoso en su instrumento, el bajo, y dueño de una prodigiosa voz que se amolda, o quizás fue al revés, al blues porteño. Es que él fue uno de sus fundadores: una de las tres personas que crearon a fines de los 60 ese símbolo cultural que es Manal, junto a Javier Martinez y Claudio Gabis, padres creadores del blues cantado en castellano.

Sus pasos y notas quedaron registradas inicialmente desde un poco antes: con Carlos Mellino, Carlos Sentonze y Freddy Zorogastua en el grupo beat con canciones originales en inglés llamado The Seasons, quienes publicaron el LP “Liverpool at BA” en 1966.

En la primera mitad de los 70 fue parte del seleccionado La Pesada del Rock and Roll en donde aportó lo suyo para temas ya clásicos como “La máquina”, “Tontos” y “Gracias al cielo”, registró su primer disco acompañado por músicos como Kubero Diaz, Claudio Gabis, Isa Potugheis, Jorge Pinchevsky o Juan Rodriguez y participó de otros tantos álbumes bajo la producción de Billy Bond.

En un lapso que difícilmente haya superado el año, entre 1976 y 1977, conformó el power trio Aeroblus con Pappo y el baterista brasileño Rolando Castello Jr. legando un único disco antológico.

Un simple volcado al soul en 1983 con una banda denominada La Metropolitana, una vuelta de Manal a comienzos de los 80 y una vuelta remozada de la banda sin Gabis y con la inclusión de “Patán” Vidal y el futuro Medinight Claudio Rodriguez en 1994 dio paso a la reanudación definitiva de su trayectoria solista, ahora apuntalado en vivo y en estudio por su compañera en la vida, la Lola.

Tres cds, muchos conciertos e interminables zapadas después me encuentro frente a este hombre que es una verdadera institución de la música argentina. Con paso decidido cruza la avenida Callao y nos instalamos en una mesa de una confitería de una esquina en Congreso.

Medina se ve algo cansado; preocupado por varias causas de la realidad común a todos y peleándole a algún tema de salud. Sin embargo, está con la mejor disposición a conversar un rato. Está por tocar y eso es bueno.

Estas son las reflexiones, el presente y un vistazo a algunos momentos pasados de un exponente de nuestro rock.




Año 2022 ¿Cómo vinieron y cómo siguen los shows y la actividad de Alejandro Medina y La Medinight Band?

Mirá, viene tranquilo. La verdad es que está tranquilo. Tengo varias cosas hechas sin terminar, por ejemplo. Tengo muchos temas grabados sin terminar debido a que … las cosas no salen. No hay una fluidez en el aire; en la acción. Está todo muy trabado con el tema económico, con el tema político acá. El Nuevo Orden Mundial nos está rompiendo todo, está cambiando todo y es muy difícil hacer cosas o estar contento. Escuchás la radio o ves la televisión y es una amargura, que se yo. Eso por el lado social. Por el lado artístico, yo ensayo con la banda; ahora estoy trabajando doble porque uno de los guitarristas tuvo que viajar a Europa. Voy a tocar con uno solo, que es nuevo, entonces hay que laburar más.

¿La formación actual de la Medinight cuál es?

Voy en trio, voy con la Lola que canta unas canciones. Diego Toledo en batería, Gastón Pardo en guitara y yo. Es un showcito pequeño. Quisiera que aparezcan cosas más grandes. Musicalmente, tengo muchas ganas de tocar. Me gustaría que haya más acción musical, más lugares donde meterme. También, por inconvenientes de salud no puedo caminar mucho … Que se yo, es una cosa extraña. Te cuento así, a grandes rasgos ¿no?

El 1 de julio publicaste en tu página de Facebook que muy pronto vas a estar compartiendo tu nuevo trabajo musical. Hay un tema que ya presentaste: “Seres de luz”. Es lo primero que conocemos de lo nuevo que estás haciendo. ¿Son un conjunto de canciones de un disco ya armado, está grabado o lo estás preparando?

No, lo que te decía antes; tengo muchas cosas armadas, montadas, pero no tengo nada terminado. Lo que escuchaste ahora es “Seres de luz”, un tema que hice para mi nietita, que ya hace mucho que nació: 10 años.

¿Para Laralú?

No esa es la otra nieta. Esta se llama Paloma.

Ahí tenemos una referencia de cómo es tu nuevo material. Vos siempre tenés como una fuerza muy motivadora para seguir adelante con tus temas. Ya sea con el rock, e incluso con las baladas. Son muy potentes y tienen un mensaje.

(Risas) Si. Les digo a los chicos de agarrar un tema tranquilo de pronto para tocar, y hasta “Un angel”, que ponele que es tranquilo, de pronto empieza a tomar intensidad y digo “¡Loco, algo tranquilo!” (risas) No tenemos nada. Todo, todo, todo empuja. Sí. Es una forma ¿no?

¿Y qué otros temas nuevos tenés?

Tengo un tema muy violento que se llama “La droga hace mal”, y otros temas que están sin terminar. Que hablan de lo mismo; ahora estoy medio metido con el tema social. Tengo los cojones llenos de cómo están las cosas. Está muy difícil la historia.

No sabía si preguntarte, por el tema de la pandemia. Más allá de cómo nos golpeó a todos ¿Cómo lo analiza alguien como vos, con tu visión artística y humana?

Mirá, eso sucede porque yo soy un hombre ya septuagenario; tengo 72 años y la vengo viendo desde los cinco años. Mi primera visión así, tremenda, fue cuando tenía cuatro o cinco años y pasaban los aviones por arriba de mi casa para ametrallar la Plaza de Mayo para echarlo a Perón. Y a partir de ahí todo; he visto todo, he vivido todo. Miro para atrás y no encuentro evolución; siempre todos se paran en el mismo lugar. Son los gorilas y los peronistas. Siempre están ahí. Unos construyen, los otros destruyen y ahora es tan tremendo la derecha contra la izquierda: “Los que somos pueblo somos una mierda, el populismo es una mierda” dice … Está muy confuso todo. Después la guerra de Putin. Tuvimos el bajón del Gobierno anterior, después la pandemia y la guerra. Estamos con todo eso encima nuestro al día de hoy. ¿Cómo querés vivir? Si ponés la televisión es todo muerte, a la gente no le importa nada, se pelean. Hay mucho quilombo. Realmente, bajo un billete de mil pesos, son tres dólares, y podés comprar medio kilo de cebolla, un kilo de papa y un churrasco. Ya te sale mil pesos eso.

Y, por ejemplo, bajás de la autopista y hay un señor que ponele que tenga 40 años, y está con el colchón ahí, una silla y está pidiendo plata. Un hombre joven, fuerte. Eso es muy triste. Es tal vez tan triste o más triste que un niño de diez años pidiendo limosna. Es lo mismo o es peor, porque ese hombre está al borde de cometer un desastre.

Dentro de algo tan malo como fue esto, salió a flote aún más lo positivo del trabajo de los artistas, como en tu caso es la música. Se vio lo bien que hacen las canciones que ustedes hicieron y como ayudan a sobrellevar una situación tan limite como fue el encierro forzado o la gente que tuvo que padecer la pérdida de seres cercanos. Cómo el arte acompañó.

Es impresionante lo importante que es ¿no? Porque, ponele; estoy en mi casa, jugando con los perros, y aparece Charly cantando “Rezo por vos” u otra canción, hablando de rock; y trae un mensaje positivo. Un mensaje que te acompaña. Ese es el valor que nos dan a nosotros ¿no? Eso; en las compañías grabadoras no nos dan nada.

Dentro mismo de la pandemia, el 11 de julio de 2021, se hizo una nueva versión del festival Beat Baires que se transmitió por You Tube. Fue en el Teatro Coliseo, el mismo lugar donde se hizo el festival original en junio de 1969. Entre otros artistas históricos del rock estuviste vos, cantando con Claudia Puyó, “No pibe”. Fijate: un momento de encierro, de distancia social, y se necesitó de ustedes nuevamente, más allá de todo lo que grabaron, tocando algo nuevo. Eso fue una alegría también para la gente. ¿Cómo fue esa experiencia?

Es bárbaro. Te encontrás con los pibes y te divertís mucho, es copado. Yo tengo una gran experiencia con eso porque, bueno, lo último que hice fue el concierto de La Renga, que fue impresionante. O si no cuando organizaron “Todos x Alejandro Medina”, que yo estaba semi-muerto, y ves todos los pibes tocando para mí, loco. Por mí. Yo pienso y recuerdo esas cosas y me hago bien ¿viste? Es como que hay que refugiarse en las cosas buenas, O, por ejemplo, como ahora, que no estoy pasándola muy bien, y adentro mío me agarro una turbulencia o una rabieta, y tengo que parar. Hasta con eso tengo que luchar, contra mí mismo tengo que luchar.


Siempre decís que vos sos una nota; así como otros tienen otras profesiones vos sos una nota (musical).

¡Soy una nota!

Queda claro lo que vos le diste a la música a lo largo de toda tu trayectoria ¿Qué es lo que la música te dio a vos?

Económicamente no me da mucho, me da poco. Pero humanamente, sentimentalmente y socialmente me da todo, porque es mi cuna. Es mi oxígeno, es mi burbuja. Es el amor que puedo recibir y que puedo dar. Es lo que respiro. Es un don; soy un privilegiado por tener ese don.

La Renga debe ser el grupo más popular y masivo del Rock Argentino, ya desde hace unos cuantos años. Llenan estadios, autódromos, llevar las multitudes más grandes. Y un rasgo muy positivo que veo de ellos es que los convocan y tributan a ustedes, los que hicieron el Rock Argentino, tanto a vos, como a Nacho Smilari. Vox Dei entre otros ¿Cómo nació tu relación con ellos?

Me hice amigo de Chizo cuando lo conocí en un concierto que hizo Pappo, hace muchos años por Liniers. Ahí nos conocimos y ahí él se rindió ante mí, en el sentido de que gracias a nosotros ellos existían y que la música que hicimos nosotros … Fue un homenaje así, que me hacen ellos ¿no? Y es fuerte, porque son seres muy grandes.

Uno de los días tocaste antes de un concierto de ellos en el Estadio Único de La Plata ¿Cómo fue eso?

¡Fue hermoso! Es hermoso, loco. Lo que pasa es que, como uno es una nota ya te metés ahí adentro y estás envuelto en una marea de gente … Es una burbuja; estas en un globo, en el aire.


En noviembre del año pasado hiciste un concierto compartido con Willy Quiroga, tocaron las dos bandas en San Justo.

Si. Hicimos un show acá por el oeste. Él tocó primero y yo toqué después. Copado Willy. Es un gran amigo. Un viejo luchador es.

Willy siempre lleva adelante la historia de Vox Dei, y da la casualidad que también es cantante y bajista, como vos, y de aquella generación. Yo me preguntaba; Almendra, Los Gatos, Vox Dei ¿Tuviste relación con los otros bajistas de cada una de esas bandas en aquel momento? ¿Alguna anécdota o algo personal con ellos?

¡Tantos años! Son como 50 años que estamos juntos. Y somos amigos. Yo seguiré siendo el papá, el maestro maravilloso por lo que fui, no por lo que soy. Poco estoy tocando lo que yo tocaba. No estoy a full tocando, pero están ellos. Tranquilo, Sé que hay muy buenos bajistas tocando. De los antiguos tengo a Dieguito Arnedo que es maravilloso; bajista de trio. Javierito Malosetti, es lo más que hay. Gran amigo. Con lo que toca el tipo me dice “Papá” a mi (risas). Puede ser por la edad pero … Acá en la Argentina hay muy buenos músicos. El Rock Argentino es muy bueno. Si vos llegaras de otro país, no sé, de Suecia y te encontrás acá en Argentina con una biblioteca de discos y sólo hay Rock Argentino, te ponés a escuchar y te sorprendés porque encontrás cosas maravillosas. El Rock Argentino es muy rico, muy lindo. Está el “menos” y el “más” ¿viste? Lo que digo “menos” son mayormente los conjuntos que hacen covers y siguen con esa historia. Creativos no muchos hay, pero de los que hacen: tenés a Los Piojos, tenés a Divididos. Acordate de Memphis. Almendra, León Gieco, Miranda!, Virus … Hay mucho y muy bueno. Puede gustarte o no gustarte. También están Los Violadores, 2 Minutos. En fin, hay muchas expresiones. Es impresionante. Para todos los gustos tenés. Lo que si, eso hace que los pibes tengan música propia, que antes no la teníamos. Había tango, boleros, música en inglés … Nuestro rock es maravilloso. Estoy orgulloso de él, y orgulloso de ser pionero. No me siento aislado ni solo. Siento que estoy adentro de todo esto.



El jueves que tocás de nuevo en Capital, debe haber coincidido y ser pura casualidad, pero es 20 de octubre, fecha en que se cumplen exactamente 50 años de aquel festival en el Luna Park que terminó en el “¡Rompan todo!”. En la tapa del tercer disco de Billy Bond y La Pesada está la fecha.

¡Mirá vos, que bárbaro! Me acuerdo de esa noche. Billy Bond no dijo “¡Rompan todo!”, ese es un tema de Los Shakers. Él dijo “¡Vengan!”, porque era diferente el Luna Park; estaban las populares llenas y las plateas, que eran muy caras, estaban vacías. Y el Bondo dijo “¡Vengan, bajen!”. Y bajaron, y se pudrió todo. Recuerdo que los canas venían contra nosotros. Recuerdo que había unos bancos muy largos como de tres metros, y los pibes, los plomos, agarraban los bancos, uno de cada punta, y venían los policías y ¡buahhhhh!. Los chocaban y se los tiraban a la mierda mientras nosotros íbamos sacando los equipos. ¿Te das cuenta, loco? Podría haber sido un Cromañón, o como fue lo de la cancha de Gimnasia y Esgrima ahora. Esas cosas que hacen acá las bestias contra el público. Es muy cruel, es muy cruel. Y bueno, esa noche fue así; terminamos en la comisaria ¿viste?

Era un festival. Creo que solamente llegó a tocar La Pesada.

Estábamos tocando nosotros. No sé quién más tocaba. Hicimos un tema de Gabis “Fiebre de la ruta”, creo que se llamaba. Bueno, ahí mi intensidad se vino toda encima. Y, son cosas horribles que pasan.

¿Esos incidentes inspiraron el tema “Tontos”?

No. Ese tema lo hice yo antes de eso. Siempre pasaban cosas ¿viste? Lo que siempre hicimos nosotros cuando se armaba un quilombo era parar la música, parar todo y parar el quilombo. Era una protesta que uno hacia contra el antagonismo que estaban haciendo. La juventud siempre está luchando contra las arbitrariedades, contra los caretas. Y nuestra generación especialmente que fuimos los que rompimos esas ideas. O sea, ser Manal y cantar en castellano era … duro no era porque nosotros éramos duros también, pero te discriminaban mucho. Muy caretas, muy caretas. Sigue siéndolo, pero estás más acostumbrado; ahora podés decir que sos gay, transexual, travesti, que se yo. Pero en esa época no podías fumar porro, no podías nada.

En la película “Rock hasta que se ponga el sol” están ustedes vestidos de señoras tomando el té.

(Risas) Sí. ¡Impresionante! Esa con La Pesada del Rock estuvo buenísima.

El concepto del disco “Tontos”, es un disco experimental ¿A quién se le ocurrió?

A Billy. Nosotros tocábamos y él armaba todas las cosas. La Pesada era una banda muy copada. Porque éramos todos amigos, porque teníamos a la productora que eran Billy Bond y Jorge Álvarez. Y nosotros íbamos, tocábamos, enchufábamos, desenchufábamos y nada más. Fue muy linda la época de La Pesada; tocábamos en muchos, muchos lugares diferentes. Fuimos al Uruguay. Estábamos en Uruguay tocando en una cancha de futbol, un escenario altísimo y yo siempre cantaba pegado al micrófono ayudando al Bondo. Como no teníamos retorno no se escuchaba. Entonces yo siempre cantaba y a Billy le hacia la segunda. Creo que estábamos haciendo “Tontos”, y de pronto desapareció Billy Bond. El chabón agarraba el micrófono, lo ataba al cable y lo reboleaba como una boleadora, y de repente no lo vi más. ¡Se había caído! (risas) La Pesada fue una banda muy copada, muy divertida. Claro, éramos pendejos. Y abrió muchos caminos; con La Pesada grabamos a Sui Géneris, Porchetto. Íbamos grabando todo eso, y aparecía la parte de Almendra con Pescado Rabioso, con Color Humano. Se iban abriendo así las bandas ¿no?

¡Te acordás de la cantante Cristina Plate?

Si. A Cristina la manejaba yo. Una piba que era modelo; una hermosura de mujer. Después hice otro disco también con Jorgelina Aranda, yo hacia los temas. Ese salió como el peor disco del Rock Argentino (risas).

Vamos a decirle a la gente que este jueves, 20 de octubre, te vaya a ver. Alejandro Medina y La Medinight Band en el Palacio El Victorial - Bar Múgica en Piedras 722, San Telmo a las 20 horas.

Vengan a vernos. Vamos a tocar con energía, con amor y con onda. Vamos a pasarla bien y vivir momentos de rock, de blues. Intensidades. Siempre salen lindas las cosas, siempre salen bien. Vamos a ver qué nos depara; lo que te vuelvo a repetir (canta) no sé qué nota tocaré, ni sé que nota tocarás, pero la nota lo sabe.

 


Entrevista y fotos de Alejandro Medina: Sebastián Matatagui

Muchas gracias a la Lola Medina. También a Angie Kab y a Laura Fox.

El libro que expone Alejandro Medina en dos de las imágenes es “Manal Vivo en Red House” con fotografías de Néstor Díaz publicado por editorial Planeta / La Roca en 2016.

Comentarios