Osvaldo Zabala, guitarrista, tocaba en un grupo
llamado Perro Salado. En la segunda
mitad del año 1973, cuando El Reloj ya tenía su primer simple editado (El mandato / Vuelve el día a reinar) ingresa al grupo reemplazando a Osvaldo
Blanco, el tercer guitarrista que había pasado por la banda. De esa manera El
Reloj quedó conformado con su formación clásica, que se extendió hasta
comienzos de 1977 y tuvo un breve regreso, con cd nuevo incluido, a mediados de
los 90: Eduardo Frezza en bajo y voz lider, Willy Gardi, guitarra y voz, Luis Alberto
Valenti, teclados y coros, Osvaldo Zabala, guitarra y Juan “Locomotora” Espósito
en batería, percusión y coros.
Hoy Eduardo y Osvaldo se encuentran al frente de Zabala & Frezza – El Reloj a punto
de festejar a lo grande los 50 años del inicio de esta historia. Siendo los dos
únicos integrantes que quedan de aquella aplanadora del Oeste están a sólo un
día de sacudir Capital Federal con la potencia de una nueva formación.
Un viernes por la tarde me encontré en un bar de
Congreso con ellos y pasamos un rato rememorando la historia. Con la colección
de discos producida por El Reloj sobre la mesa visitamos pasajes de la
biografía de este grupo pionero del hard rock en Argentina que aun hoy no tiene
el exacto grado de reconocimiento merecido en el cuadro de los grandes de
nuestra música.
Empezamos el recorrido desde el momento en que Lagrimas
viene a Buenos Aires.
Eduardo Frezza: Estuvimos invitados por Daniel Ripoll
a tocar en el BA Rock representando a Rosario. Justo estábamos en Buenos Aires
y la ligamos; fabuloso. Estábamos grabando en Odeón y saltó esta historia. A
partir de ahí, se terminó ese recital y al poco tiempo entró Willy a la banda.
Primero había entrado Bocón Frascino a Lagrimas como guitarrista y cuando se va
lo manda a Willy Gardi. Cuando se separa Lágrimas ahí empezamos a laburar para
hacer todos los temas. Willy trajo a los tres músicos que eran Valenti, Horacio
“Tucata” Suarez y Juan Espósito. Estuvimos ensayando en el patio de la casa de
Luis Valenti y en el 72 empezamos a tocar en vivo, que fue el recital del
Monumental, ahí en el oeste.
El recital debut de El Reloj fue el viernes 25 de
agosto de 1972 en el Cine Monumental de Lomas del Mirador ante un lleno total
de público.
Hasta el momento del ingreso de Zabala fueron tres los
músicos que compartieron el lugar de guitarrista junto con Gardi: “Tucata”
Suarez, luego Gregorio “Goyo” Felipes (quien al poco tiempo encuentra un
trágico final al ser embestido por un auto) y Osvaldo Blanco quien llega a
grabar a mediados de 1973 el primer simple que el grupo publicó; los temas
fueron El Mandato y en su lado B Vuelve el día a reinar, inicialmente
llamado “Hombre solitario”. Incluso así se lo mencionó en una publicidad
gráfica anunciando la flamante edición.
EF: Hombre
solitario es el mismo tema que Vuelve el día a reinar, pero en los recitales, por lo que dice la
letra, cuando me gritaba el próximo tema, alguno me decía “¡Tocá Hombre solitario!”. Luego lo cambiamos
porque, sexualmente hablando, podía querer decir varias cosas, y había que
cuidarse de los milicos.
Respecto a la salida de Osvaldo Blanco reflexiona.
EF: Estaba algo deprimido. No sé qué le pasaba. Algo
raro … y no se concentraba. Y él mismo se aisló. No es que nosotros lo hayamos
echado ni nada.
En ese momento se produce la entrada definitiva del
nuevo guitarrista: Osvaldo Zabala quién, hasta el día de hoy, es el integrante que
más formaciones atravesó en la historia de la banda.
Osvaldo Zabala: Yo estaba en una banda que se
llamaba Perro Salado, y en una oportunidad los conocí a ellos, en un recital
que hicimos en el Ateneo Don Bosco en Ramos Mejía. Ahí fueron Valenti, Eduardo,
Willy y Juan. Ahí vieron la banda, nos conocimos, y después charlamos. Al
tiempo se separa mi banda y me convocan para integrar El Reloj. El nexo para
ese encuentro fue Litte Graziano, que era amigo de los dos. Él tenía una
camioneta y nos llevaba a tocar a las dos bandas, entonces Litte se entera de
la separación de Perro Salado y se entera de que El Reloj estaba buscando un
guitarrista y sugiere que me llamen. Entonces Valenti, como ya todos los del
grupo me conocían, dijo “Bueno, vamos a llamar a Zabala”.
EF: Para nosotros él era lo ideal porque tocaba
todos los temas de Deep Purple con la banda.
OZ: Litte me presentó en la casa de Luis Valenti.
Hacía tres días que había comprado el órgano Hammond, asique lo vi armado en la
habitación de Valenti con su banqueta original y su Leslie original. Era un
monstruo. Después de eso, cuando ya me había incorporado, justo había un duelo
nacional no me acuerdo por qué, y no se podía ensayar. Mientras tanto yo me
juntaba con Willy y él me pasaba los temas. De paso yo iba chequeando cómo nos
íbamos a llevar tocando juntos. Así que la aceptación fue casi inmediata y
enseguida empecé a sacar los temas. A las dos o tres semanas ya estábamos
ensayando y desde ahí no paramos.
El grupo se presenta por primera vez con su formación
más célebre en Isidro Casanova.
OZ: El primer disco que grabé fue Alguien más en quien confiar y El blues del atardecer.
EF: Y
ese es el que más se vendió.
En 1974 El Reloj publica su segundo simple, al igual
que su antecesor y los dos futuros long plays, editado por el sello RCA que
incluye esos dos temas mencionados por Osvaldo y que representaron para el
grupo un enorme éxito.
Entre los meses de mayo y junio de 1975 el grupo
registró en los estudios del sello en Saavedra el material que vería la luz
poco después como el primer larga duración de El Reloj. Aunque quienes tuvieron
la enorme suerte de ver a la banda en vivo por esos años sostienen que las
grabaciones no lograron plasmar el poderío y el majestuoso despliegue que
representaban en los conciertos, la escucha de sus discos al día de hoy
representa una mágica experiencia sonora altamente recomendable. Está el
contundente hard rock y el virtuosismo desplegado por cada uno de sus integrantes
uniéndose en un sonido arrolladoramente vibrante matizado con pasajes
misteriosos de teclados y sonidos experimentales.
La tapa, re diagramada por la compañía, mostraba una
carroza fúnebre alzada por caballos blancos hacia un cielo ganado por
nubarrones oscuros.
EF: Esa tapa la dibujó Juan Espósito en homenaje a
“Goyo” Felipes.
El disco contiene grandes clásicos de la banda como la
ópera rock El viejo Serafín o Haciendo blues y jazz, además de
regrabaciones de los aclamados Alguien
más en quien confiar y Blues del
atardecer.
OZ: El disco lo presentamos oficialmente, si mal no
recuerdo, en el Teatro Coliseo. Hicimos dos funciones.
EF: Ahí teníamos toda la tecnología de ese momento y
presentamos la pantalla psicodélica y el sonido cuadrafónico. Estábamos tocando
y se veía que cambiaban los colores. Era una diapositiva con papel corrugado
transparente con dos lentes, entonces hacia diferentes colores caleidoscópicos.
Lo manejaba un fotógrafo que se llamaba Lucio y el sonido lo hacía Teddy
Goldman.
Por ese entonces el grupo participa de festivales y
realiza giras.
OZ: Salíamos mucho a tocar por la costa con
Polifemo, por ejemplo. Con Pastoral también hicimos cosas.
EF: Después fuimos a toda la zona Norte: Mendoza,
Jujuy, San Juan. Nos metíamos todos en un micro e íbamos todos de joda, viste
(risas) Eran bárbaras las giras esas. Y me acuerdo que se armaban festivales de
muchas bandas …
OZ: ¿Vos cómo te imaginás el Club Atlético
Estudiantil Porteño en Ramos Mejía con Pescado Rabioso, Aquelarre y El Reloj
tocando en la misma noche? O sea, eso no ocurriría más. O por ejemplo El Reloj
y Crucis en un mismo recital.
EF: Eso fue en la cancha de Vélez, pero en la parte
de abajo, en el club. No en el estadio. Y el que estuvo genial, que fue el que
más me gustó de todos los recitales de El Reloj fue en la cancha de All Boys.
Estaba llena. Treinta mil personas ¿sabes lo que fue eso cuando empezamos a
tocar? La piel de gallina. Empezó “El Mandato”, y la ovación … Me temblaban las
piernas.
El Reloj cierra una primera etapa en 1976 con la
publicación de su tercer disco simple que traía los temas El hombre y el perro en el lado A y Camino al estucofen en el lado B.
Cuando inician el trabajo de composición del segundo
disco, titulado con el nombre del grupo igual que su antecesor, los integrantes
de El Reloj empiezan a estudiar distintos instrumentos en el Conservatorio de
Banfield.
EF: Queríamos saber qué carajo estábamos haciendo
(risas) Nos fuimos todos al conservatorio.
OZ: Todo el proceso del conservatorio me quedó
grabadísimo a mí. Íbamos casi todos juntos desde San Justo hasta Banfield.
EF: Una hora y cuarenta y pico nos comíamos en
colectivo para ir hasta Banfield.
OZ: Era lindo, era divertido. Más allá de que el
estudio de un instrumento se hace tedioso muchas veces. Nosotros nos
divertíamos mucho. Yo estudiaba violonchelo, Eduardo estudiaba contrabajo y
Willy violín.
EF: Lo que pasa es que a mí el tipo me tuvo un año
con el arco en la mano, sosteniendo el contrabajo y haciendo (imita el sonido
del lento rasgueo de una cuerda grave) para manejar la mano derecha. Y un año
haciendo eso, me tenía podrido. ¿Vos te imaginas qué paciencia?
OZ: A mí el violonchelo me encantaba, pero al año
también tuve que dejar porque no podía comprar el instrumento. En esa época no
había instrumentos chinos, eran todos originales y artesanales hechos a mano. Y
eran carísimos, era como decir ahora dos mil y pico de dólares. Era
incomprable, así que la única oportunidad que tenia de usar el instrumento era
en el conservatorio. Ahí me lo prestaban, pero después no podía estudiar en mi
casa por lo tanto al tiempo tuve que abandonar.
EF: Yo me compré un contrabajo. Era un flor de
instrumento, y lo conseguí barato. Fui hasta Banfield a comprarlo y resulta que
el tipo no tenía la funda. Y digo “¿Y ahora cómo me lo llevo a mi casa?” porque
fui sin auto. La cuestión es que me subo al tren con el contrabajo en la mano y
ahí lo conozco a Pio Rodríguez, que es un rockero under, y me dice “¡Vos sos
Frezza de El Reloj!”, y le digo “Si”. “Ah, que buen instrumento” me dice. Me
bajo en Constitución y tenía que tomar el bondi. Cuando subo al colectivo le
pongo el contrabajo para arriba y cuando lo meto el colectivero se tiró para el
costado porque le pasó rozando. Y me dejó viajar, no me bajó, porque ahora no
te dejan subir con eso. En el conservatorio habremos estado casi dos años;
aprendimos solfeo cantado. Había disciplina ahí.
Las grabaciones para el nuevo disco de El Reloj se
inician nuevamente en los imponentes estudios del sello RCA, pero un particular
incidente deriva su registro hacia otro destino.
EF: Resulta que cuando empezamos a vender discos nos
empezaron a tratar como en bandeja. Teníamos mucha libertad en el estudio.
Hasta que se armó la podrida (risas). Hubo un problema en una grabación, porque
yo estaba grabando el bajo y no salía. Yo lo tocaba y en el control salía mal,
salía desfasado. Y yo en el auricular lo escuchaba bien. Yo decía que no podía
ser. “Grabá de nuevo” decía Valenti. Y yo lo tocaba y volvía a escuchar bien y
allá salía mal. Y dije “No. Voy a ver qué pasa”. Dejé el bajo y fui. Entonces
el técnico dice “¡Uh, me olvidé de apretar este botón!”. Ahí apretó el botón y
se escuchó bien el bajo. Entonces Valenti, de la emoción, se sacó el zapato y
me lo tira; “Viste que tenía razón yo” dijo, y ¡pum! Pasó el zapato y le pegó
en la cabeza al técnico. Se lastimó feo, le salía sangre de la frente. Se armó
un despelote ahí en el estudio. Entonces nos mandaron a grabar al estudio de
Nono Pugliese. Nos sacaron del estudio porque éramos peligrosos. Según ellos éramos
peligrosos, pero era un chiste. La cuestión es que cuando grabamos en lo de
Nono Pugliese nos tocó un técnico macanudo.
Meses después sale a la venta el segundo álbum del
grupo, con un sonido orientado hacia lo sinfónico, con composiciones más
instrumentales, tapa doble en blanco y negro y una cita del filósofo alemán
Nietzsche refiriéndose a la música.
EF: La tapa del segundo disco la hizo Horacio Fontova.
Se la regaló a Willy Gardi. Era la época del grupo Emerson, Lake & Palmer y
en esa época se tocaba mucho y se cantaba poco. Entonces teníamos que seguir
esa línea ¿viste? También participó de este disco Carlos Mira que se mandó un
tema instrumental con una guitarra acústica: Tema de todas las épocas. Un vals tocado con guitarra acústica.
OZ: Tres o cuatro temas del disco tocábamos en vivo.
En marzo de 1976 la Argentina había sido tomada por un
gobierno de facto denominado Proceso de Reorganización Nacional. Empieza una
época particularmente terrorífica con desaparecidos, centros clandestinos de
detención, desmanes económicos y clima enrarecido. Unos meses después El Reloj
filma un único video clip que hoy resulta todo un documento, no solo por ser un
registro fílmico de la banda en su apogeo sino además por la significancia
histórica del lugar elegido al azar para filmar: un campo vecino a la Mansión
Seré del partido de Morón. Un sitio en poder militar que, luego se supo, fue
centro clandestino de detención durante la dictadura entre 1977 y 1978. En la
filmación se ve a los integrantes del por entonces sexteto (Frezza, Gardi,
Zabala, Espósito, Valenti y Mira) tocando en el campo, caminando entre árboles
o haciendo dedo en una ruta (se ve pasar un Falcon) mientras un fantasma blanco
sobrevuela los equipos esparcidos por el piso.
EF: El que lo filmó fue Leo Rivas con sus cámaras de
televisión. Trajo todo el equipo. La idea de filmar ahí fue de Carlos Mira.
Llegamos, bajaron todas las cámaras, bajaron todo. Hicimos la filmación,
tiramos todos los equipos por el piso. Nos pusimos como si estuviéramos
muertos, todos menos Carlos Mira que era el fantasma que volaba arriba nuestro.
Esa fue la idea principal, pero al toque cayeron los milicos y nos echaron a
patadas de ahí, con los Fal en la mano. Entonces lo agarraron a Carlos Mira que
justo estaba con una sábana y en calzones, y le pegaron un levante y lo
hicieron cambiar. Y nos dijeron directamente que nos vayamos, pero ya se había
hecho la filmación así que fue un éxito para nosotros. Después nos vinimos a
enterar que ahí era un centro clandestino de entierro de gente ¿viste?
Ese mismo año El Reloj se presentó dos veces en el
estadio Luna Park de Buenos Aires. La primera fue el 14 de mayo en un festival
llamado “Canciones para un mañana” en donde compartieron escenario con Alas,
Alma y Vida, Raúl Porchetto, Litto Nebbia y Pastoral. La segunda fue el
memorable Luna Park propio, el viernes 22 de octubre.
EF: Nos fue bastante bien porque metimos como siete
mil personas.
OZ: Fue una experiencia única e inolvidable. Me
acuerdo que en el festival donde compartimos con otras bandas el presentador
era Juan Alberto Badia, y cuando anunció El Reloj yo me acuerdo la explosión de
la gente. Eso me quedó grabado para toda mi vida.
EF: Otra cosa que recuerdo del recital que hicimos
solos, en el tema La ciudad desconocida
salió Willy Gardi con un violín blanco y él todo vestido de negro. Parecía
Paganini, loco (risas) Él estaba tocando ahí y no volaba una mosca. Estaba con
Valenti, que le hacia los tonos, y se tocó el violín de La ciudad desconocida. Fue genial. Ya venía de la familia; Willy ya
tenía violín en la casa, la madre era pianista. Ya lo tenía ahí desde chico el
violín.
El Reloj se disuelve definitivamente en febrero de
1977. Willy Gardi se va a Europa y al regresar intenta formar un grupo que tras
variar integrantes y sin nunca llegar a tocar en vivo queda descartado. Su
nombre era Expreso Zambomba (nombre que tomó “prestado” de un grupo que
anteriormente había tenido Horacio Fontova). Eduardo Frezza llegó a formar
parte de ese proyecto.
EF: Willy había ido a Europa a estudiar flamenco. Cuando armó Expreso Zambomba yo participé de ese grupo por poco tiempo porque se armó un despelote. Se armó la explosión del expreso (risas). Creo que estaban Daniel Colombres en batería, Omar Díaz en guitarra, un bajista, después entré yo porque Willy quería que cante … y después se armó un despelote porque no teníamos una buena dirección. Y yo me abrí.
En la década del 80 El Reloj tuvo dos reencarnaciones diferentes en momentos diferentes. Por un lado, Willy Gardi, uno de sus fundadores, rearmó el grupo esta vez junto con Daniel Telis en guitarra, Pety Guelache en voz, Daniel Carli en bajo, Cristian Hubert en teclados y Norberto Di Bella en batería. Esta formación grabó en 1983 un disco con sonido orientado al jazz rock llamado “La esencia es la misma”. Por el otro lado, Luis Valenti y Juan Espósito reflotaron el nombre presentándose en el Teatro Fénix de Flores en la trasnoche del sábado 27 de mayo de 1989. Se sumaban a esta formación Claudio Marciello y Nico Takara en guitarras, David Mirande en voz y Roberto “Beto” Ceriotti en bajo. Esta alineación registró un tema llamado Como un animal editado en el compilado del sello Radio Tripoli “Metal” en el año 1990. Cada una de estas nuevas formaciones, ya sea por falta de apoyo de la compañía grabadora o por el proceso inflacionario que atravesaba la Argentina, tuvieron corta duración. Ni Frezza ni Zabala habían tenido parte en ninguna de ellas, más allá de dar su conformidad para que Willy utilice el nombre del grupo.
EF: En el 93 yo vivía en Devoto, no adentro; afuera
(risas) y a una cuadra de ahí ensayaba Carlos Mira con una banda. Entonces iban
mis hijos por ahí caminando y lo reconoce Carlos Mira a mi hijo Ezequiel, y le
dice “¡Pero qué haces acá!”, sorprendido. Y mi hijo le dice “Yo vivo acá a una
cuadra”. Y le preguntó “¿Y está tu viejo ahí?”, “¡Si!”. Y se vino corriendo. No
nos veíamos desde hacía años. Entonces hablamos y en una de esas le pregunto
“Che ¿Cómo está Willy?”, “Está bien. Está mejorado, está un kilo”. Y le digo
“Me gustaría verlo”. Entonces me dice “Lo llamamos”. Le habló por teléfono a
Rosa (Nota: esposa de Willy Gardi) y
justo se había ido, y le pidió que le dijera que lo habíamos llamado. Una hora
después se apareció en mi casa. Y empezamos a revisar muchos temas nuevos, y
temas viejos que muchos de ellos son los que estuvieron en el cd “Santos y
Verdugos”. Ahí empezó la recolecta de músicos de El Reloj: “¿Cómo estará
Valenti? ¿Cómo estará Juan?”. Y ahí es cuando fue Juan a buscarlo a él.
OZ:
Lo viví con mucha sorpresa, porque un día se aparecieron en mi casa Willy y
Juan. Vinieron en la moto de Willy. “¡Eh, que hacés, cómo andás!” Tomamos unos
mates. Y les digo “¿A que debo la presencia de ustedes?”, y me dice Juan,
textuales palabras: “Estamos pensando armar una bandita”, “Ah, qué bueno ¿Y
cómo se va a llamar? ¿Y me vienen a buscar para tocar?”, “Si. Estamos buscando
a todos los que alguna vez tocaron. La banda es El Reloj”. ¡Uh, fue una alegría
tremenda! Fue un reencuentro muy grato y a partir de ahí fue como volver a
vivir un montón de cosas; otra vez juntarnos, ensayar, evocar temas viejos,
temas nuevos. Los ensayos los empezamos, como pudimos, en un taller que era del
suegro de Willy. Él tenía un taller de lavarropas. Hicimos lugar y ahí pusimos
dos equipitos y arrancamos así.
EF: Nos encontramos con un problema en ese momento
porque había cambiado toda la música a heavy metal. Y los cantantes no eran
agudos, como canto yo, tenían la voz más bien grave. Entonces, cuando íbamos a
tocar a los lugares, había un choque musical con la gente que estaba
acostumbrada al heavy metal. La música nuestra era para escuchar, no era para
hacer quilombo, pogo y todo eso. Nos encontramos con ese dilema.
Se produjo así la reunión de los integrantes que habían
conformado la formación clásica de El Reloj. Entre los meses de febrero y marzo
de 1994 grabaron un nuevo cd en los estudios Del Cielito. “Santos y Verdugos”
estaba integrado por catorce canciones, algunas nuevas, algunas regrabaciones y
un bonus track acústico, Balada del
potrero, proveniente de los 70. La vuelta a los escenarios tuvo lugar el 25
de junio en el Teatro Arpegios del barrio de San Telmo.
OZ: Para mi ese recital fue el más importante de
esta corta etapa.
La banda cumple algunas presentaciones más y en 1995,
por diferencias artísticas, Eduardo Frezza sale del grupo.
EF: En ese momento, después de esto que pasó, ya
quedé listo. Y entonces empecé a formar bandas mías, solistas.
OZ: Willy me preguntó si conocía algún cantante y lo
propuse a Jorge “Vikingo” Martínez y entró Jorge Gómez como bajista.
El destino le guardaba una carta fatal a Willy Gardi
quien el 11 de agosto de 1995 fallece en un accidente de tránsito.
OZ: Lamentablemente fallece Willy en un accidente y ocurrió una hecatombe. Fue muy traumática esa etapa. Terminó mal, y después costó remontarla. La que nos alentó a seguir tocando en ese momento fue la madre de Willy. Nosotros fuimos medio que a pedirle permiso porque nosotros ensayábamos en la casa de ella. Teníamos la sala ahí y ella estaba presente siempre. Entonces dijimos “Vamos a hablar con María para ver si ella nos da el OK”. Primero para seguir ensayando en ese lugar, y segundo para ver si ella estaba de acuerdo en que nosotros sigamos tocando, porque era como nuestra guía espiritual. Entonces ella nos dijo “Sí. Ustedes tienen que seguir tocando porque Fernando hubiese querido eso”. Igual, estuvimos cinco meses sin juntarnos. Cuando nos volvimos a reunir fue terrible porque no teníamos palabras. Nos colgamos los instrumentos y no pudimos tocar nada.
Inicia una nueva etapa en la historia de El Reloj, con
un sonido definitivamente volcado al heavy metal.
Entre septiembre y octubre de 1998 registran nuevo
material en el estudio Circo Beat. En 1999 sale a la venta “Hombre de hoy”, un
trabajo dedicado a Willy Gardi. Entre las once canciones figura una remozada
versión de “El viejo Serafín”.
OZ: Esa formación duró un tiempo y quedó este disco
como testimonio de todo eso. Después se abre Jorge Gómez y viene el Polaco
Riedel como bajista. Y se va Vikingo y viene Gustavo Cipriano. Yo era el único
guitarrista.
En la segunda mitad de 2002 editan “Mercado de almas”
distribuido por el sello Fogón y nuevamente dedicado a Gardi. En el tema “El
elegido” tiene una participación especial el “Tano” Marciello, quien había
formado parte de la versión 1989 de la banda. El grupo afirma desde la primera
página del librito de este nuevo cd:
“Mercado de Almas
nace en el peor momento que le ha tocado vivir a nuestro país, producto del
egoísmo y la avaricia de un grupo de despreciables personas.
Pero así como el hombre puede destruir y hacer daño
también puede crear, construir, aportar.
Esto es lo que procuramos desde nuestra música, desde
nuestro escenario y, desde ustedes mismos.
Bienvenidos a Mercado
de Almas”
El texto se refiere a la crisis institucional y social
que padeció Argentina y que tuvo su momento de explosión en el mes de diciembre
de 2001.
OZ: Este disco fue hecho en dos meses prácticamente.
Y me acuerdo que en esa época Valenti estaba trabajando en la costa por lo
tanto no estaba presente cuando se compuso. Y lo hicimos prácticamente todo en
la casa del Polaco Riedel. Esto fue grabado por el Pájaro Randazo. En estudios
Ion hicimos toda la parte acústica, o sea las voces y la batería. Y después
todo por Pro Tools, con programa de computación.
El 30 de mayo de 2003 en el Teatro ND Ateneo El Reloj
graba el primer disco en vivo de su historia. Cuentan con dos invitados: Juan
José Hermida, que toca teclados en el tema “El Inmigrante” y en guitarra
Claudio “Tano” Marciello quien toca en El
elegido, Hijos del sol, Alguien más en quien confiar, Speed King (cover de Deep Purple), El viejo Serafín, Harto y confundido, Blues del
atardecer y El mandato.
No obstante, el material fue publicado en un doble cd
llamado “El Reloj En Concierto” recién en el año 2011 por el sello Fonocal.
OZ: Fue histórico porque estuvo grabado con la mejor
tecnología de ese momento. El Pájaro Randazo puso todo a disposición de ese
evento. Se grabó en vivo, y así quedó; con un sonido espectacular.
Poco más de un año después de la grabación de este
disco en vivo, el 26 de agosto de 2004, falleció Luis Alberto Valenti.
Tras este duro golpe El Reloj tuvo dos regresos más:
en 2006 y en 2009. Se sumó Oscar Pérez Lozano en bajo, Pablo Marciello en
teclados y en un comienzo vuelve el “Vikingo” Martínez, dos años después
reemplazado por otro ex – Reloj: Gustavo Cipriano.
El 30 de mayo de 2016 fallece Juan “Locomotora”
Espósito.
OZ: Y fue un golpe atrás del otro. No fueron
continuos pero cada vez que pasaba algo era como … mucho tiempo de duelo ¿no?
Fuimos sufriendo las bajas a medida que la banda también iba mutando de integrantes,
y siempre presentamos batalla a pesar de todo. Siempre seguimos batallando.
Comenzada la segunda mitad del año 2016 Osvaldo Zabala
ya tenía su grupo OZ y Eduardo
Frezza acababa de desarmar su banda Cronología.
OZ: Recibí el llamado de Eduardo y me propuso tocar
de vuelta. Bueno, lo primero que salía era tocar temas de El Reloj.
EF: Él me había llamado primero pero no había
funcionado el llamado ese. Y un día estaba viendo la computadora y lo veo al
chaboncito tocando en una casa de música. Y dije “¡No puede ser! ¡Se toca todo!
Este es el violero que quiero”. Se me aflojaron todos los problemas que podrían
haber dejado los años, que con él nunca los tuve porque con Zabala nunca tuve
ningún problema. Y ahí fue cuando lo llamé.
La primera presentación en sociedad del reencuentro de Eduardo y Osvaldo la hicieron el 10 de noviembre de 2016 durante un evento de lanzamiento dentro de la serie de reediciones en vinilo que el sello Sony Music venía realizando desde el año anterior. Entre la tanda de republicaciones se encontraba la del primer disco de El Reloj. Ese día los entrevisté para mi programa de radio “La Bandeja (Historia y sonido del Rock Argentino)” y anticiparon que iban a volver a tocar juntos.
La vuelta a los escenarios de Eduardo Frezza y Osvaldo
Zabala al frente de la nueva formación de El Reloj fue en el Palacio La
Argentina de Capital Federal los días 17 y 18 de marzo de 2017 compartiendo
noche con Ricardo Soulé. En esta nueva alineación se sumaban Richard Arena en
teclados (quien había tocado en el regreso de El Reloj de 2006 y con la banda
de Frezza Cronología) y Junnior Sic Faraón (también ex Cronología) en batería.
Cumplieron presentaciones, entre otros lugares, en el
Teatro Gran Rivadavia, en el Teatro Roma de Avellaneda, El Marquee, en BA Rock
V, en las dos ediciones del festival Héroes del Rock Nacional en 2017 y 2018,
una multitudinaria participación en el Encuentro Cervecero de Villa Domínico
junto a Eruca Sativa como así también fueron homenajeados en la segunda parte
del Festival Mariposas de Madera en el Teatro Gran Rex el 5 de octubre de 2019.
En algunas de esas presentaciones se sumó en guitarra Gady Pampillón (La Torre,
Alakran, Tarzen, La 4x4).
A mediados de 2019 publicaron el cd “El Reloj en vivo”
grabado durante las presentaciones en el Palacio La Argentina, Teatro Roma y el
Teatro Gran Rivadavia. Ricardo Soulé aparece como invitado tocando el violín en
“La ciudad desconocida”.
En marzo de 2020 el azote mundial provocado por el
Coronavirus generó, tras una pausa, una reformulación en la formación de Zabala
& Frezza El Reloj. Salió Junnior Sic y en la batería entró Maxi Zabala
(hijo de Osvaldo). También se sumó en guitarra Alan Left, que además de músico
es luthier y es sobrino de Eduardo.
OZ: Yo creo que esto es un poco culpa de la pandemia también, porque cuando apareció semejante cosa, así como nos pasó a nosotros le pasó a mucha gente, tuvimos un parate muy importante hasta que surgió la idea de reemplazar al baterista por Maxi Zabala y la idea de incorporarlo a Alan Left como guitarrista también. Más que nada apareció la idea y la imagen de la banda original de El Reloj; con dos guitarras. Tratamos de emular la formación original de la banda. Ahora estamos sonando mucho más parecido a aquella formación. También un poco el impulso de que toque Maxi es que todo quede en familia porque Alan también es sobrino de Frezza. Medio que se armó una familia ¿no?
EF: Alan es sobrino de mi esposa, y mi esposa era íntima amiga de la esposa de Willy. Entonces cuando le dijimos que iba a tocar Alan ya lo conocía. Entonces dijo que sí, que toque por Willy.
Esta formación, nuevamente en quinteto, ya tuvo tres
presentaciones entre octubre del año pasado y febrero de este 2022: en Hannover
de Ituzaingó, en The Other Place de Capital y en La Cochera del Vaco en
Chilavert. La cuarta va a ser muy especial. Mañana, sábado 9 de abril a las 20
horas en el Auditorio Belgrano ubicado en la esquina de Virrey Loreto y Av.
Cabildo en Belgrano, Capital Federal.
La historia llama con el tiempo preciso; el reloj
marcó 50 desde el inicio de una historia de sangre, sudor y mucho rock and
roll. Lo decía más arriba; El Reloj no tiene el nivel de reconocimiento que se
merece. Es una banda impresionante y sus discos dan cuenta de eso. Actualmente
tenemos la oportunidad de ver en vivo a los dos integrantes que quedan de la
formación más recordada: Eduardo Frezza, quien fundó la banda con el
inolvidable Willy Gardi, y Osvaldo Zabala, el guitarrista que más tocó en el
grupo y que atravesó la mayor cantidad de formaciones.
Una máquina de ingeniería musical que sigue latiendo.
Sebastián
Matatagui
Muchas gracias José Luis “Paya” Sosa.
Recomiendo que vean el documental “Alguien más en
quien confiar” de Matías Lojo y Gabriel Patrono del año 2018. Está disponible
en You Tube. Un trabajo de excelencia.
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